Máxima tensión en la UE por la lentitud en las vacunaciones
Los países europeos analizan el mecanismo para poder bloquear las exportaciones
Bruselas
Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete se reunieron ayer en un momento especialmente convulso en la campaña de vacunación europea, debido a la lentitud en el ritmo de inmunizaciones y después de una jornada de alto voltaje en las relaciones tanto con el laboratorio AstraZeneca como con Reino Unido. Los frentes no terminan aquí, ya que algunos países europeos, liderados por Austria, se quejan del mecanismo de reparto de dosis. Al cierre de esta edición, la cita no había terminado.
La Comisión acudió ayer al encuentro de los líderes europeos con ánimo tranquilizador en un intento de insuflar ánimos, a pesar de la tormenta. Los Veintisiete subrayaron la necesidad de acelerar la producción, distribución y administración de vacunas para superar la crisis. Bruselas sigue confiando en que será posible lograr que el 70% de la población adulta europea esté vacunada a finales del verano, aunque esta cifra solo llega al 4,9% actualmente y asciende al 11,3% con solo la primera dosis.
A pesar de estos números poco alentadores, el Ejecutivo comunitario considera que la llegada de la primavera acelerará el ritmo de inyecciones gracias a las entregas de los antídotos desarrollados por Pfizer y Janssen – el único hasta la fecha que solo requiere una dosis– y, según estos cálculos, el mes de abril supondrá el punto de inflexión para alcanzar la velocidad de crucero. A pesar de su habitual prudencia, la canciller alemana Angela Merkel también se abona al relativo optimismo. «Hacen falta unos meses más, pero se ve la luz al final del túnel», aseguró la política alemana en el Parlamento de su país antes de participar por videoconferencia en el encuentro con sus homólogos europeos.
Además, el Ejecutivo comunitario aprovechó la reunión de ayer para presentar de primera mano una reforma del mecanismo de exportaciones de vacunas que permita bloquear cargamentos de dosis rumbo a países terceros, no soloparapreservarelcumplimiento de los contratos por parte de los laboratorios, sino también la reciprocidad y proporcionalidad en el suministro. Los líderes europeos mostraron su respaldo a esta iniciativa, ampliando los criterios para incluir la reciprocidad y la proporcionalidad.
Bruselas se queja amargamente de que Reino Unido no ha permitido la salida de ningún vial de vacunas –a pesar de que el contrato con AstraZeneca obliga a la compañía a poner a disposición de los Veintisiete la producción de sus dos plantas en el país– mientras que de manera contraria las exportaciones de las fábricas europeas a las islas superan los diez millones. «Las fábricas británicas están fabricando para Gran Bretaña y Estados Unidos no está exportando, por lo que dependemos de lo que podemos hacer en Europa», resumió ayer Merkel.
A pesar de que todos los países europeos comparten la preocupación por estos hechos, la iniciativa de la Comisión Europea suscita dudas en varios países, entre ellos España. Temen que esta amenaza de bloqueo, aunque esté debidamente justificada, desate una guerra sin cuartel que suponga una disrupción del suministro en un momento especialmente delicado, ya que para fabricar vacunas se necesitan hasta 200 sustancias diferentes y no todas se encuentran en suelo europeo.
A pesar de estas reticencias, Alemania y Francia aprueban estas maniobras por parte de Bruselas y confían en que el botón nuclear no tenga que ser nunca pulsado. Para poder desbaratar una propuesta del Ejecutivo comunitario sobre política comercial se necesita una mayoría cualificada inversa, por lo que la aprobación del mecanismo parece garantizada.
La presentación por parte de la Comisión Europea de esta iniciativa este miércoles coincidió con el descubrimiento cerca de Roma de cargamento fantasma de 29 millones vacunas en una empresa subcontratada por AstraZeneca después de que las autoridades europeas dieran la voz de alerta. Bruselas sospecha que el laboratorio –que no había informado a la UE de estos lotes– pensaba enviar todas las dosis a Reino Unido, en vez de obedecer los contratos firmados con el club europeo. AstraZeneca niega estas acusaciones y asegura que 13 millones iban dirigidas a los Veintisiete y el resto a los países en vías de desarrollo.
A pesar de la guerra de versiones, la Comisión Europea consiguió apuntarse un tanto. Tras la amenaza de bloqueo de exportaciones, Bruselas y Londres emitieron un comunicado en el que anuncian su voluntad de «cooperar», en lo que parece el comienzo de una tregua, no se sabe si duradera.