«El verdugo», la obra maestra de Berlanga que esquivó la censura
A punto de abrir al público una gran retrospectiva en clave poscolonial sobre el artista americano Felix González-Torres, el director del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), Ferran Barenblit, se acoge a la venia del año berlanguiano para recomendar la que muchos consideran su obra maestra: «El verdugo», de 1963. «Armado de humor negro, Berlanga sortea la censura franquista y plantea un firme alegato contra la pena de muerte, el asesinato legal que entonces tanto España como otros países europeos asumían en tanto parte de su sistema», explica el gestor artístico sobre un filme cuyo corte original desapareció y cuya versión estrenada en cines se recuperó hace más bien poco con algunos ajustes de la oficina de censura.
«La película», añade Barenblit, «es mucho más que eso. Es un juicio al siglo XX, a sus promesas incumplidas y sus injusticias, al mismo tiempo que plantea la pregunta de hasta dónde se deja llevar un individuo por la presión social que se ejerce sobre él». Así, el personaje interpretado por un acertadamente desubicado Nino Manfredi se convertirá en ejecutor recogiendo, casi sin querer, el testigo de ese suegro e icono de nuestro cine que encarna José Isbert. Dubitativo respecto a su trabajo en un principio, el ya por entonces veterano actor no quería doblarse a sí mismo, pero fue convencido por Berlanga y Juan Antonio Bardem para que lo acabara haciendo de cara al estreno en salas.
Estrenada en el Festival de Venecia en 1963, la película entró en la competición oficial, aunque perdió el premio mayor contra «Las manos sobre la ciudad», de Francesco Rosi, pero conseguía el premio de la prensa especializada y, por supuesto, sobrevivió como uno de los relatos más voluntariamente audaces de la dictadura y, en menor medida, de ese desarrollismo que impulsó a los españoles a concentrarse en las grandes ciudades.
«La película, armada de humor negro, es un juicio al siglo XX, a sus promesas incumplidas y sus injusticias», explica el director del Macba