Reagrupamiento
Tras las últimas elecciones en Cataluña, las expectativas electorales del Partido Popular recordaban a las fotografías melancólicas y tristes de Cartier Bresson. Pero como en la canción, la vida te da sorpresas y mociones de censura. Y cuando esas mociones se estrellan, saltan chispas que prenden una mecha de consecuencias imprevisibles en el campo electoral del centro derecha. Quien le iba a decir a Fernando López Miras, que él y su Comunidad se iban a convertir en el parapeto para contener el paulatino languidecimiento de Casado y su renovada dirección. Mucho menos hubiera pensado el presidente murciano que la encerrona que a él le habían preparado sería la escusa perfecta para que Isabel Díaz Ayuso convocase unas elecciones que pueden ser la espoleta para volar diques y permitir el reagrupamiento del voto del centro de derecha, en la casa común que construyó el ex presidente José María Aznar.
Las elecciones madrileñas tienen algunas incertidumbres y también evidentes certezas. La mayor incertidumbre es quien gobernará finalmente la Comunidad, porque lo que parece una certeza es que las elecciones las ganará Isabel Díaz Ayuso, con una mayoría contundente e inapelable. Que la aguerrida presidenta madrileña pueda gobernar o no, dependerá de que su estrategia política y electoral no suponga un abrazo del oso para los de Santiago Abascal, que los deje sin oxígeno y sin escaños. Otra certeza clara es que la chispa murciana ha sido la puntilla para Ciudadanos. También la confirmación de que el día que Ribera, obnubilado por el éxito electoral, renunció a intentar un gobierno con Sánchez para sorpasar al PP en unas elecciones repetidas, firmó la sentencia de muerte de su partido. A estas alturas, la única posibilidad de que Gabilondo, con el apoyo de Más Madrid e Iglesias, pueda ser presidente de la Comunidad, no depende de que sea el candidato mejor valorado, sino de que Vox no entre en el Parlamento autonómico y Abascal pruebe la hiel de la derrota. Pero más allá de las consecuencias concretas que las elecciones traerán para el Gobierno de Madrid, lo cierto es que el electorado de centro derecha puede darse cuenta de que volver a reagrupar su voto en torno a las siglas de la gaviota supone ser de nuevo una alternativa de gobierno real y palpable. Y esta es una sonrisa del destino que en Génova no esperaban.