Lasso recorta distancias al correísmo en Ecuador
Los sondeos reflejan un empate técnico entre la derecha e izquierda
El movimiento indígena será más decisivo que nunca en la elección del próximo presidente ecuatoriano. El economista afín al expresidente Correa, Andrés Arauz, y el banquero conservador, conservador, Guillermo Lasso, llevan semanas trabajando en el mismo objetivo: atraer los máximos apoyos posibles del 20% de electores que apoyaron a Yaku Pérez, candidato del partido indígena Pachakutik en primera votación. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador decidirá si el país regresa a la década de los gobiernos de Correa o se afianza el giro a la derecha que han representado los años de gobierno del presidente Lenin Moreno. La disputa entre el delfín de Correa y el «eterno candidato» depende en gran medida de los votos que consigan atraer del histórico resultado obtenido de la propuesta indígena el pasado 7 de febrero. Las acusaciones de fraude y un polémico recuento marcaron las semanas posteriores. Ecuador afronta un momento decisivo entre la oportunidad de rebajar la tensión política y el riesgo de un incremento de la polarización entre correístas y anticorreístas.
Lasso ha ido recortando distancias en las últimas semanas a Arauz. La mayoría de encuestas señalaban una distancia de 10 puntos aproximadamente en favor de Arauz en las elecciones este domingo. Sin embargo, esta semana dos sondeos vaticinan un empate técnico: 50% de apoyos para Arauz y 49% en favor de Lasso.
El economista de 36 años es el favorito a convertirse en el presidente más joven de la historia de este país de 17 millones de habitantes. Arauz se ha distanciado del expresidente Correa tras pasear su imagen a tamaño real durante su campaña. «La tensión entre el movimiento indígena y el correísmo por ciertas políticas extractivas durante la década de Correa perjudica a Arauz», explica a LA RAZÓN Sofía Lachimba, investigadora de la política ecuatoriana y profesora de Pensamiento Político en la Universidad Nacional Autónoma de México.
La oposición acusa a Arauz de ser un títere de Correa. «Gobernaré yo, no Correa», sostiene el joven aspirante desde el inicio de su carrera a la Presidencia. Lachimba detalla las claves de la subida de Lasso en las últimas semanas de campaña: «La estrategia de Lasso ha sido agitar el miedo a que Ecuador se convierta en una nueva Venezuela. La derecha latinoamericana usó esta táctica en Argentina y México sin éxito. Ahora puede funcionar en Ecuador», detalla Lachimba. Ecuador afronta estas elecciones entre la polarización en torno al correísmo y la tensión por las acusaciones de amaño del movimiento indígena. Pérez acusa a los órganos electorales de fraude para favorecer a Lasso. El partido indígena se ha convertido en la segunda fuerza del Parlamento y un movimiento en ascenso.