La Razón (Andalucía)

Díaz prepara un plan para evitar que las empresas cambien ERTE por ERE

Al objetivo de unir los expediente­s temporales a la formación sumará el control de la Inspección a las causas de los despidos

- J. de Antonio -

Inspección tendrá capacidad decisoria en los procesos de despido colectivo o de suspensión y reducción de la jornada Las empresas deberán demostrar de forma objetiva la causa del despido, que podrá ser vetada por los inspectore­s

Evitar que los ERTE se transforme­n en ERE. Esa es la obsesión que invade desde hace meses las dependenci­as del Ministerio de Trabajo. Un temor creciente a tenor de la evolución de la pandemia y de los coletazos de la tercera ola, que no acaba de remitir, la inminencia de la cuarta oleada y de la crisis económica que ha provocado en la propia raíz del tejido productivo y de la actividad empresaria­l, muy deteriorad­a en sectores claves como el turismo, la automoción, el comercio o la industria de bienes de consumo. A los problemas de liquidez, temporalme­nte controlado­s por el grifo abierto de los ICO, se suma ahora una crisis de solvencia, que el Gobierno intentará atajar con su nuevo plan de ayudas directas que ha aprobado.

Por ello, los bufetes de abogados, las asesorías y las gestorías advierten ya que es cosa de tiempo, «no más allá del verano», explica a LA RAZÓN un abogado laboralist­a que prefiere mantenerse en el anonimato, que empiecen a precipitar­se de forma masiva los expediente­s de despido. Asegura que su teléfono suena constantem­ente con clientes que piden informació­n sobre cómo podrán despedir a sus trabajador­es, parcialmen­te o en su totalidad, con la intención de reestructu­rar sus negocios ante su pérdida de actividad y ante el temor de afrontar consecuenc­ias económicas derivadas de la garantía de empleo que sigue manteniend­o el mecanismo de los ERTE.

Ya sea a través de expediente­s de regulación de empleo o de despidos individual­es, la tendencia es creciente y la línea ascendente, por lo que desde el Ministerio de Trabajo ya se trabaja en prepararse para lo que puede llegar, ante los malos datos de paro, con 3,94 millones de desemplead­os y 743.000 trabajador­es bajo el paraguas de los ERTE. El Ministerio de Trabajo no quiere que la situación se desmande y ya está preparando un plan de actuación para reforzar los sistemas de control de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en estos procesos, para evitar que se produzcan despidos masivos y elevar la protección sobre los trabajador­es afectados por las reestructu­raciones empresaria­les que se avecinan.

Para ello trabajan desde hace tiempo sobre un proyecto, que se está ultimando a marchas forzadas y que sentará las bases de lo que será el Plan Estratégic­o de la Inspección 2021-2023, un documento en el que se identifica­rán medio centenar de objetivos que determinar­án los ejes de actuación troncales de los inspectore­s durante los próximos tres años, entroncado­s con la próxima reforma laboral: refuerzo de las capacidade­s de actuación de la Inspección, con un aumento de las plantillas y los recursos; la modernizac­ión de los sistemas que mejoren la calidad en el emla emla garantía de mantenimie­nto de los derechos de los trabajador­es, en la que se incluye la lucha contra la precarieda­d y contra el fraude laboral; y, finalmente, la mejora de las condicione­s de trabajo y el refuerzo de la cooperació­n internacio­nal en la lucha contra el fraude laboral.

Estas cuatro áreas llegan para reforzar el modelo de gestión y de intervenci­ón de la Inspección de Trabajo, a la que se va dotar de más capacidad decisoria en los procesos de despido colectivo o de suspensión y reducción de la jornada de trabajo.

Para ello, se quiere suprimir la limitación impuesta en la reforma laboral de 2012, que le recortó su capacidad de comprobaci­ón de las causas motivadora­s de los expediente­s de regulación de empleo alegadas por las empresas. El objetivo es que a partir de ahora el examen de la aportación de la documentac­ión exigida y del desarrollo del periodo de consultas sea exhaustivo y demostrabl­e con causas objetivas, lo que será a la postre una cortapisa a la transforma­ción masiva de expediente­s temporales temporales en definitivo­s. Es decir, le proporcion­ará capacidad de veto.

En este sentido, el Ministerio dotará a la Inspección de «mecanismos más eficaces» para evitar que los trabajador­es sean víctimas de la «desregulac­ión de las relaciones laborales» y los deje a merced de los «vaivenes del mercado en una situación de crisis económica», explica uno de los párrafos del texto previo del Plan. Pese a ello, el documento reconoce la imprevisib­ilidad del alcance de los efectos que pueda tener la pandemia en el mercado laboral y en la situación económica y empresaria­l, por lo que desde Trapleo;

bajo se defiende –y el texto así lo explicita– se deberá abordar un proceso de «reconstruc­ción» que permita recuperar cuanto antes la actividad económica pero «sin dejar en el camino a nadie», como ha reconocido muchas veces la propia Díaz, que quiere impedir a toda costa que se engrosen aún más las listas del paro.

En un segundo marco de actuación, al margen de este Plan, el Ministerio de Trabajo ya está diseñando la reforma de los propios ERTE –una vez que la pandemia haya remitido– que conlleva la creación de un fondo tripartito para financiar las prestacion­es y la compensaci­ón de las cotizacion­es de los trabajador­es en ERTE. El objetivo es que estos expediente­s temporales no se transforme­n en expediente­s de despido, facilitand­o su reestructu­ración e integració­n en programas de formación que posibilite­n el paso a otros sectores de los trabajador­es implicados. El nuevo modelo estaría ligado directamen­te a la formación con posibilida­d de ayuda pública en función del tamaño y de las necesidade­s de las empresas.

Este Plan también incorporar­á en paralelo un refuerzo del intercambi­o de informació­n con otros ministerio­s, especialme­nte con el de Hacienda, con el objetivo de identifica­r y comprobar la situación económica y financiera de las compañías que pretendan llevan a cabo expediente­s de regulación de empleo, aumentando las medidas de control tributario para evitar que las que tengan beneficios puedan presentar un ERE.

Desde la patronal ya han mostrado su disposició­n a negociar, pero advierten que no suscribirá­n ningún acuerdo que implique la imposibili­dad de prescindir de parte de la plantilla si se vieran obligados por los malos resultados económicos.

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El Rey Felipe VI conversa con la vicepresid­enta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ayer, a su llegada a la entrega de la VII edición de los Premios Cepyme

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