CUANDO SER POSITIVO ES BUENO
La pasarela madrileña, la única que está presentando desfiles presenciales esta temporada, quiere lanzar un mensaje positivo. Lo hicieron ayer dos grandes nombres de nuestra moda. Andrés Sardá, con un breve desfile de modelos y bailarinas y un vídeo realizado por Eugenio Recuenco, que reivindicaba la pasión por la vida de los años 20 del siglo pasado en sensuales y cómodas propuestas en las que el negro más lujoso era el gran protagonista (por no decir el único).
Roberto Verino, por su parte, se tomaba muy al pie de la letra la distancia de seguridad y, en una de esas acciones innovadoras a las que ya nos tiene acostumbrados,optaba por mostrar 15« looks» de su colección fotografiados en blanco y negro en los soportes publicitarios de la calle Serrano. Una manera de animar una ciudad que se ha convertido en un hito en la vida cultural mundial.
En Ifema también vimos a Fernando Claro que empleó rosas y naranjas para configurar una colección sencilla y elegante, con una silueta ceñida que trabajaba el volumen en abrigos y mangas. García Madrid buscaba la practicidad en prendas de sastrería para hombre bien construidas en rosas, azules y marrones.
«Latente» era el nombre de la propuesta de Otrura, en la que las costuras juegan a enseñar el cuerpo y las faldas se confeccionan con patrones de chaquetas en una reflexión que pretendía hablar de artesanía y de la España vacía.
Hansen, por su parte, presentó gabardinas, abrigos de paño y camisas combinados con sus clásicos corsés en materiales plásticos y neopreno. El joven Pablo Erroz regresaba a Madrid también con un mensaje de positividad en colores negro, ocre y marrón con pinceladas de blanco y fucsia, y siluetas, tanto para hombre como para mujer, de carácter deportivo.
El miércoles, Moisés Nieto fue el encargado de estrenar en vídeo la semana de la moda con una memorable colección que contó con una embarazada Lulu Figueroa como modelo y en la que se vio una propuesta que hacían un guiño al uniforme de trabajo. Articuló sus «looks» a través de capas que se superponían y en las que destacaban, además de su ya icónica falda plisada, un denim sostenible, muy en la línea no solo de la identidad de la marca de Nieto, sino del ADN que busca tener la propia MBFWM. La moda cambia a mejor.