«Jeanne Dielman...», la obra maestra de Chantal Akerman
A unos días de abrir al público la exposición «Materia, espacio y tiempo. Julio González y las vanguardias» (el domingo 11 de abril), Nuria Enguita, directora del IVAM, encuentra tiempo para recomendar uno de esos clásicos que, obviados en su tiempo, han crecido desde la revisión fílmica de, por ejemplo, el papel de la mujer en el cine: los 200 minutos de «Jeanne Dielman, 23, quai du commerce, 1080 Bruxelles» (1976) además de la película más reverenciada de la directora Chantal Akerman, un «desafío de las convenciones tradicionales del lenguaje cinematográfico técnico y narrativo, y una obra fundamental del cine feminista de vanguardia», opina Enguita.
«La cinta narra tres días en la vida de una ama de casa viuda, cautiva en ese espacio doméstico en el que ya no hay marido, pero en el que persiste el patriarcado. La cámara recrea su cotidianidad, mostrando escenas banales que ejecuta mecánicamente y que no suelen aparecer representadas en el cine», explica la también historiadora del Arte, antes de añadir: «Por las tardes, la protagonista ejerce eventualmente la prostitución con la misson, ma repetición sin alteraciones con la que teje un suéter o prepara la comida. Akerman retrató ese mundo de confinamiento, de rutinas, en el que se podían ver reflejadas muchas mujeres de esa generación, como su propia madre». De hecho, la directora confesó en una entrevista a «Cahiers du Cinema» que pidió permiso a la suya, Natalia, para esa especie de adaptación libre que es el filme.
Rodada durante cinco semanas por el empeño de Akerman en hacerlo en tiempo real y no recurrir apenas al montaje, la película se ha reivindicado en los últimos tiempos como la primera en difuminar la línea entre la ficción y lo documental, usando un equipo periodístico y sonido diegético para contar una historia que, por supuesto, tenía guion.
«Akerman retrató ese mundo de confinamiento y rutinas en el que se veían reflejadas muchas mujeres», explica Nuria Enguita, directora del IVAM