El Teatro Real niega que los retrasos se deban a la covid
Las miradas de la cultura se han vuelto a girar hacia el Teatro Real al tener que retrasar el estreno de la ópera «Peter Grimes», de Benjamin Britten. El aplazamiento del espectáculo, programado en primera instancia para el 8 de abril, cambiado luego al 13 por motivos relacionados con la nueva burocracia que ha generado el «Brexit» (como ha podido constatar este medio) y que finalmente ha sido fijado para el día 19, ha levantado una polvareda tras conocerse, según la Consejería Sanidad de Madrid, que se habían producido 24 positivos por covid.
Ignacio García-Belenguer director general del Teatro Real, se muestra meridiano: «El segundo retraso se produjo por motivos exclusivamente comerciales y de asueto. El 15 o el 16 de abril también se podría haber estrenado, pero nuestro impacto no habría sido el mismo, no habría venido la gente», explica en entrevista con LA RAZÓN antes de añadir: «Hablé con Joan Matabosch y pedí que estrenáramos un lunes para poder estar mejor organizados. Por intentar hacerlo de una manera más cómoda para los trabajadores, ha parecido que hubiera motivos ocultos, y nada más lejos de la realidad. Si llego a saber que esto podía dañar la imagen del Real o llevar a pensar que no cumplimos más allá incluso de lo obligatorio con las medidas sanitarias, pues igual no habría ordenado el cambio».
Además de reconocer cierto «descontrol temporal» respecto a la devolución de entradas y reasignación de asientos, que espera «mejorar en las próximas horas», García-Belenguer también se mostró tajante respecto a la seguridad de un personal, de más de 400 personas, que se somete a pruebas de coronavirus de manera continua: «No existe tampoco sensación de inseguridad entre los trabajadores», remató ciñéndose a la versión ya ofrecida de que los positivos registrados no tienen origen en los ensayos de la ópera.