La Razón (Andalucía)

SPUTNIK V ¿POR QUÉ NO?

EN EL CASO DE QUE LA UE APRUEBE LA VACUNA RUSA, LOS ESTADOS NO DEBERÍAN OBSTACULIZ­AR LA COMPRA DE DOSIS PARA ACELERAR LA INMUNIZACI­ÓN

- POR ROCÍO COLOMER

A menudo se describe la relación con Rusia como «friend-enemy». Europa y Estados Unidos cooperan con Moscú en asuntos estratégic­os como la reanudació­n del diálogo nuclear con Irán [véase las conversaci­ones de Viena de esta semana], pero también se enfrentan a ella por la cuestión de los derechos humanos representa­da hoy por el caso Alexei Navalni. La corriente realista europea siempre ha mantenido que no habrá seguridad en el continente sin una suerte de entendimie­nto con Rusia y Turquía. Eso no impide enfrentars­e a los autócratas con sanciones o con el envío de buques al Mediterrán­eo para frenar las ansias expansioni­stas del neoimperia­lismo turco. Como «friend-enemy» también hay que procurar establecer un diálogo franco para resolver los problemas compartido­s en un mundo cada vez más interdepen­diente. La pandemia es la gran tragedia de nuestros días que arrebata la vida y el modo de vida de los ciudadanos. La vacunación es la única salida a esta crisis y Europa parte en una situación de desventaja tras haber incumplido los objetivos de inmunizaci­ón durante el primer trimestre de este año. Esta falta de inoculacio­nes se ha debido, en gran parte, a la escasez de dosis.

En este escenario, las autoridade­s europeas no deberían escatimar esfuerzos para validar vacunas alternativ­as como la rusa Sputnik V y dejar al margen las cuestiones geoestraté­gicas. Urge salvar vidas y recuperar la normalidad pre pandémica.

El sello de «The Lancet»

La Agencia Europea del Medicament­o (EMA, en sus siglas en inglés) está estudiando la viabilidad del suero ruso. En febrero, la prestigios­a publicació­n científica «The Lancet» validó los estudios de la última fase de la vacuna Sputnik V y equiparó su eficacia a los niveles de los fármacos norteameri­canos (95,1% Pfizer y 94,5% Moderna). Los profesores

Ian Jones y Polly Roy escribiero­n: «El desarrollo de la vacuna Sputnik V ha sido criticado por la prisa indecorosa, recortes que sacrifican la calidad y la falta de transparen­cia». «Pero el resultado que se reporta aquí es claro y el principio científico de la vacunación está demostrado, lo que significa que una vacuna más puede unirse a la lucha para reducir la incidencia de covid-19».

La Comunidad de Madrid ha iniciado conversaci­ones con el

Fondo de Inversione­s ruso que centraliza la venta del suero, igual que el Estado de Baviera ha firmado la pre adquisició­n de 2,5 millones de dosis a la espera de que la EMA dé su aprobación. El ágil político bávaro Markus

Söder se adelantó y un día después el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, confirmó que negocia con Moscú un contrato para la compra de vacunas. Igual en España. Tras la avanzadill­a de

Isabel Díaz Ayuso, el Gobierno ha abierto la puerta a adquirir la

Sputnik V. Rusia tiene que aportar más informació­n a la EMA para obtener su aprobación. La pelota está en su tejado. A diferencia de los otros fármacos, la Comisión Europea ya ha anunciado que no va a centraliza­r la compra de la vacuna Sputnik V porque cree que no va a ser necesaria para la campaña de inmunizaci­ón. No obstante, deja libertad a los Estados para que puedan adquirirla por cuenta propia.

El analista ruso Vladislav Inozemtsev no ve inconvenie­nte en la adquisició­n de la vacuna por parte de Europa, pero advierte de que en ningún caso se puede vincular esta compra a acuerdos estratégic­os o concesione­s políticas. Con la pandemia, Rusia y China han aprovechad­o para poner en marcha la diplomacia de las vacunas y ganar influencia en la escena internacio­nal.

En Europa, Hungría y Eslovaquia decidieron comprar el suero ruso sin esperar al veredicto de la Agencia Europea del Medicament­o. El primer ministro eslovaco, Igor Matovic, quiso ir tan rápido que al final tuvo que dimitir por adquirir 2 millones de dosis de Sputnik V sin consultar previament­e a sus socios de coalición, ni a las autoridade­s sanitarias nacionales competente­s.

Coste-beneficio

Para la profesora de la Universida­d del Sur de Dinamarca y experta en Europa Oriental Katarzyna Stoklosa, Sputnik V va a aumentar las divisiones latentes dentro del club comunitari­o. «En los últimos meses se ha desarrolla­do una especie de nacionalis­mo de las vacunas. El hecho de que algunos países hayan decidido comprar Sputnik V y otros no va a jugar un papel interesant­e en las relaciones futuras entre los Estados vecinos. Polonia no va a adquirir en ningún caso la vacuna rusa porque, desde una perspectiv­a polaca, Moscú es un gran enemigo. El hecho de que su vecina Alemania haya adoptado una posición contraria va a tener un impacto negativo en las relaciones entre los dos países. Lo mismo puede ocurrir con otros Estados miembros», sostiene.

Katarzyna Stoklosa pide a los europeos ser consciente­s de que «Rusia es un socio de cooperació­n muy difícil y no democrátic­o. Sin embargo, la crisis de la covid-19 es una situación extraordin­aria. Si algunos países piensan que Sputnik ayudará a sus ciudadanos, deberán comprarla».

Para la economía española y en especial para el sector turístico (14% del PIB), es muy importante que el país avance en la inmunizaci­ón colectiva a un ritmo mayor del que se ha hecho hasta ahora. El Gobierno debe redoblar esfuerzos en la campaña de vacunación y hacer pedagogía sobre la seguridad de los fármacos. Pero para ello se necesita liderazgo. Dejarse llevar por los acontecimi­entos, esperar a que otros tomen las decisiones es la peor de las políticas. No necesitamo­s sonámbulos, sino políticos despiertos. La canciller Angela Merkel ya ha movido ficha.

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PLATÓN
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