Lágrimas por un padre en el duelo colectivo de la Covid
Ngoze Adichie, la autora de «Todos deberíamos ser feministas», vuelve con una reflexión sobre las pérdidas causadas por la pandemia
Esta es la crónica de lo que podríamos denominar un nuevo estado civil: el de orfandad. Es aquel que nunca elegimos, nos viene dado, y siempre comporta un dolor extremo. Eso es lo que nos narra en este ensayo, nacido de un artículo publicado en «The New Yorker», la autora de «Todos deberíamos ser feministas».
Su padre falleció de forma inesperada por complicaciones derivadas de la pandemia global que todavía nos afecta. Él estaba en Nigeria y ella en EE UU. A partir de dicho suceso, explora la naturaleza del duelo colectivo durante la pandemia, consciente de ser una más entre los millones de personas en su misma situación.
Así, nos hablará de las dimensiones culturales y familiares de la pérdida, de la soledad y la ira que la acompañan y sobre las expectativas
expectativas que se le exigen a una persona de luto. Conoceremos la historia de su padre desde su supervivencia en la guerra de Biafra hasta su carrera como profesor de estadística, dibujando al lector el retrato de un hombre de «notable bondad y encanto».
La narración ofrece cuadro por cuadro la secuencia del fallecimiento desde la última llamada por videoconferencia que tuvieron hasta el fatal desenlace, pasando por la recepción de la noticia junto a su hija de cuatro años o la voluntad de su madre en cumplir con los preceptos de viudedad de la etnia igbo. Todos tenemos un padre y todos lo perdemos... pero la alta literatura nace cuando el desgarro íntimo se convierte en universal, que es lo que ha logrado la autora.
▲ Lo mejor
Su capacidad para conmover por una honestidad inquebrantable, así como por su cruda vulnerabilidad
▼ Lo peor
El llanto empático que sentimos al navegar por cada una de estas líneas por la pérdida de un ser amado