La Razón (Andalucía)

¿ES POSIBLE PREDECIR CUÁNDO VENDRÁ OTRA PANDEMIA?

Los esfuerzos se centran ahora en la posibilida­d de rastrear virus animales antes de que salten al ser humano

- Daniel Gómez

Llevamos más de un año conviviend­o con la pandemia de coronaviru­s que ha azotado al mundo y todavía sufrimos sus últimas oleadas. Mientras que muchos científico­s se han centrado en crear vacunas y protocolos de contención, otros equipos centran sus esfuerzos en algo importante para el futuro: evitar que esto vuelva a pasar. ¿Es posible predecir cuál será el próximo virus que salte al ser humano y prevenir su aparición? Esta es la respuesta que trata de responder un estudio que se publica hoy en la revista científica «PLOS Biology», con una respuesta negativa pero con un plan a seguir para el futuro.

El coronaviru­s SARS-Cov-2 no es el primer virus que hace su repentino salto a los seres humanos. Ya hemos sufrido en las últimas décadas epidemias puntuales de otras nuevas enfermedad­es, provocadas por virus de origen animal. Así, en 2003 se produjo en Vietnam un brote de SARS, originado a partir de una especie de civeta, que tuvo una propagació­n menor que el coronaviru­s actual. También en 2012 hubo una epidemia de MERS, otro coronaviru­s procedente del dromedario que provocaba síntomas respirator­ios agudos y que provocó un brote con alta mortalidad en el Oriente Medio.

El coronaviru­s de la pandemia actual se llama SARS-Cov-2 por su parecido con el virus SARS anterior. Este ha sufrido de manera espontánea una combinació­n con otro coronaviru­s de murciélago, creando la especie nueva, mucho más virulenta que la original. Al estudiar el material genético del virus, se han encontrado trazas que muestran que sus elementos previos han sido virus con un largo recorrido infeccioso en diferentes especies animales, como los pangolines y los murciélago­s.

Cepas bajo vigilancia

Los ejemplos previos nos indican que no debemos pensar que los nuevos virus aparecerán en el ser humano de repente, sino que normalment­e llegarán desde otra especie animal. Los virus de otros animales se adaptarán mediante mutaciones hasta lograr infectar nuestras células, provocando enfermedad­es nuevas que no tienen por qué ser similares a las de la especie animal anterior.

En el estudio, dirigido por un equipo de la Universida­d de Sídney, se plantean hasta qué punto podemos rastrear estos virus antes de que salten al humano. Hoy en día, es posible estudiar el material genético de un virus, y calcular la facilidad que tendría para saltar a la especie humana. De este modo, podríamos mantener las cepas más peligrosas bajo vigilancia, o incluso plantear una vacuna antes de que el peligro real aparezca.

Lamentable­mente, los propios autores admiten que este enfoque es imposible de realizar en la actualidad. No podemos saber cuándo ni dónde llegará el siguiente microorgan­ismo que salte a infectar al ser humano. Pero sí que se puede lograr en un futuro, si conseguimo­s la informació­n adecuada.

El principal problema para lograr esta predicción es la falta de informació­n disponible. En la literatura literatura científica podemos encontrar datos sobre la mayoría de virus que pueden afectar al ser humano y a algunos animales de granja, pero tenemos muy poca informació­n sobre los virus que afectan al resto del reino animal. Los autores calculan que hasta el momento solo hemos identifica­do un 0.001% de todos los virus existentes, por lo que nos falta informació­n como para lograr calcular la peligrosid­ad de cada uno de ellos.

Además, esta informació­n caduca fácilmente. Las variantes del coronaviru­s actual y las cepas de gripe de cada año son demostraci­ones de que, incluso conociendo la informació­n genética de un virus, esta puede cambiar en unos pocos meses. Seguir los cambios de un virus a tiempo real se ha realizado en contadas ocasiones, y solo para cepas que ya han infectado al ser humano.

Para poder combatir el hambre de informació­n, los autores proponen realizar sondeos masivos en zonas donde los animales y humanos cohabitan, como mercados al aire libre y granjas. Cada año, es posible comprobar los virus que circulan por los animales de la zona, y detectar cuáles pueden ser los más peligrosos. Así no necesitamo­s conocer a tiempo real todos los virus del planeta, sino que nos centraremo­s en aquellos que tengan oportunida­des reales de saltar al ser humano.

Hasta este momento, la OMS ha seguido un protocolo diferente para el reconocimi­ento de nuevos virus. El organismo estaba alerta de los informes médicos en zonas de riesgo, evaluando y analizando cualquier caso de infección extraña, que los médicos de la zona no estuvieran acostumbra­dos a ver. Así lo hicieron a finales de 2019 en el mercado de Wuhan, en el que varios ciudadanos empezaron a sufrir molestias respirator­ias. Es un buen procedimie­nto para poder aislar a los pacientes y reducir el brote lo antes posible, pero no deja de ser una solución tardía que surge cuando el virus ya ha saltado. Si podemos investigar los virus cercanos antes, por una vez podremos ir un paso adelante.

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PIXABAY Los murciélago­s han ganado mala fama en cuanto a virus se refiere, pero lo cierto es que cualquier animal puede ser contagioso

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