La Razón (Andalucía)

La CDU se encomienda a Laschet

Los conservado­res alemanes dan por enterrada la carrera por la sucesión de Merkel y ratifican al primer ministro de Renania Norte-Westfalia como candidato a canciller

- Rubén Gómez del Barrio-

Tras una larga y convulsa contienda, la victoria llegó comedida y con un gusto a triunfo bastante insípido. Armin Laschet, el hombre a la estela de Angela Merkel, se postulará como el candidato conservado­r para suceder a la canciller en las elecciones de septiembre, después de que el líder de la Unión Cristianod­emócrata (CDU) se hiciera ayer con el apoyo de las figuras más importante­s del partido y su rival, Markus Söder, se retirase de la batalla.

Tras más de seis horas de debate, Laschet ganó con los votos de 31 de los 46 miembros del comité ejecutivo federal de la CDU, lo que representa una mayoría del 77,5%. Una cifra que, no obstante, revela una división palpable sobre la candidatur­a de Laschet dentro de la junta de la CDU, cuyo respaldo había sido unánime hace apenas una semana. Söder, el primer ministro de Baviera y líder de la Unión Socialcris­tiana (CSU), partido hermanado con la formación de Angela Merkel, admitió la derrota y en una conferenci­a de prensa aseguró que ya había felicitado a su competidor por el nombramien­to. «La suerte está echada», dijo Söder, cuya agresiva apuesta por la candidatur­a a canciller había paralizado al bloque conservado­r durante la última semana. No obstante, la división política es evidente. Peter Altmaier, ministro de Economía y aliado de Merkel, cambió su apoyo a Söder después de decir que percibió una falta de entusiasmo sobre Laschet en todos los Estados federales, excepto en Renania del Norte-Westfalia -de donde proviene el líder del partido-. No fue el único.

Los demócratac­ristianos de las regiones orientales, anteriorme­nte socialista­s, también expresaron su preferenci­a por el bávaro. En un bloque de partidos conservado­res que tradiciona­lmente está de acuerdo con su candidato a la cancillerí­a, no había un procedimie­nto formalizad­o para lo que sucedería a continuaci­ón. El lunes por la noche, incluso Laschet pareció considerar brevemente la posibilida­d de someter su candidatur­a a votación entre los 300 jefes de los partidos regionales de Alemania. «Un espectácul­o», como muchos medios se refirieron a esta contienda y que no estuvo exenta de críticas. En un ejercicio de sarcasmo, la revista «Der Spiegel», aseguró ayer que «una mayoría de ciudadanos estuvo agradecida de distraerse por un rato de la pandemia del coronaviru­s», pero, en un momento en el que Alemania está inmersa en la tercera ola, es «una vergüenza difícil de superar» y a tenor de lo acaecido en los últimos días entre los conservado­res, muchos tienen la impresión de que «las luchas de poder internas y las vanidades son más importante­s para la Unión que la lucha contra la pandemia».

Con la renuncia de Merkel, los conservado­res alemanes han estado bajo presión para presentar un candidato capaz de restablece­r la posición dominante de la canciller en las urnas y mucho más, tras un año comandado por el manejo caótico de la pandemia. Una situación que contrasta con la representa­da por el partido de Los Verdes que el martes, y en un alegato de unidad y profesiona­lidad tan propio de los democratac­ristianos de otras épocas, presentaro­n a Annalena Baerbock como candidata a la cancillerí­a. Al apoyar a Laschet, de 60 años, la élite de la CDU prioriza la continuida­d del bloque conservado­r auspiciada por la canciller.

Sin embargo, corren el riesgo de entrar en la carrera electoral guiados por un político que, según muchos, tiene los pies en la tierra pero carece de la capacidad de inspirar incluso a sus propios compañeros de partido. De hecho, en Renania del Norte-Westfalia, el «Land» donde Laschet fue primer ministro desde 2017, solo el 26% de los encuestado­s está satisfecho con sus logros en el gobierno.

Armin Laschet tendrá que bregar para reunir a la derecha frente a la amenaza del Partido Verde. Ayer, en una entrevista concedida a la televisión pública ADR, hizo un llamado para acercarse a los críticos dentro de sus propias filas y anunció que emprenTras derá conversaci­ones en los próximos días para acercar posturas. Incluso aseguró que quiere involucrar a Söder.

«Será una figura formativa en esta campaña electoral de la Unión», dijo. No obstante, y a pesar de una caída en los sondeos, la derecha continúa siendo la principal fuerza política alemana. El apoyo leal de Laschet a la postura de fronteras abiertas de Merkel en el pico de la crisis de refugiados de 2015 le valió la imagen de su candidato a la continuida­d. Pero durante la pandemia, el ex eurodiputa­do logró ceder ese papel a Söder, quien se alineó más firmemente con la canciller sobre las restriccio­nes de encierro. Por su parte, Merkel no intervino en el debate de la candidatur­a conservado­ra y algunos observador­es leyeron en su silencio una falta de apoyo a Armin Laschet. Otros analistas destacan la completa sintonía del ex eurodiputa­do y la canciller. A poco más de cinco meses de las elecciones, los conservado­res no tenían candidato ni programa, cuando el resto de fuerzas políticas han presentado a los suyos y al menos las líneas maestras o un borrador de sus propuestas.

Tras una discusión de seis horas y una votación del comité electoral, Markus Söder acepta la derrota: «La suerte está echada»

La derecha encabeza los sondeos de cara a las elecciones de septiembre las primeras sin Angela Merkel como candidata

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EFE Armin Laschet, ayer tras ser elegido como candidato de la CDU en las elecciones

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