«Pablo, tenemos 12 días para ganar»
ÁNGEL GABILONDO Huyó del cuerpo a cuerpo hasta resultar pasivo en su discurso
La confrontación y el debate dialéctico no es un formato en el que el candidato socialista se sienta cómodo. Afrontó el envite dialéctico como se esperaba: de manera seria y formal. Sin sobresaltos, sin crispaciones, huyendo de bronca, del discurso encendido, sin ruido y sin insultos. Tanto, que en el debate su mensaje quedó diluido. Incluso resultó pasivo en la confrontación verbal. Y en esas situación Gabilondo se puso sobre todo irónico. «Se sienten solos...», replicó a Vox . «Es para ponerle una calle», se mofó de Bal cuando exaltó la gestión del ex consejero de Economía, con quien trató de confrontar en repetidas ocasiones, y arremetió contra el PP por «haber debilitado los servicios públicos con recortes, privatización y corrupción».
Uno de sus momentos de mayor elocuencia fue cuando defendió las colas del hambre, pero eludió entrar en el cuerpo a cuerpo con Monasterio con su discurso sobre los Menas. Sus gestos revelaban la contrariedad que le causaba su discurso, pero se quedó sin palabras cuando llegó el momento de rebatirla. El candidato socialista fue especialmente crítico con la gestión de Ayuso durante la pandemia y exhibió como ejemplo de su mala gestión en las residencias una carta del exconsejero Alberto Reyero para poner en evidencia la labor realizada en los momentos más críticos. «No es gestión, es ideología», dijo.
En lo que fue Claro Gabilondo fue en su plan de gobierno llegado el momento de hacer pactos. Está dispuesto a ir del brazo de Más Madrid: «Mónica, sumamos y creo que podemos gobernar», la dijo. Pero también puntualizó que de Pablo Iglesias solo quiere su apoyo fuera de un posible Gobierno. Y lo dejó más cristalino que nunca. Del líder morado solo se mostró confiado en «contar con él para cerrar el paso al Gobierno de Colón. Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones», dijo en uno de sus momentos más elocuentes.
EL LOOK
El candidato socialista acudió al debate con traje y corbata granate que combinó con una camisa blanca. Fue uno de los primeros candidatos en llegar. Acudió acompañado de su jefa de campaña y de su jefe de comunicación.