«HAY QUE TENER CUAJO PARA HABLAR DE CORRUPCIÓN SIENDO SOBRINO DE RATO»
«El«El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo» (Libro Ezequiel, 18:20). Queda claro entonces, señora ministra, que si los hijos no cargan con los pecados de los padres, los sobrinos nietos de Rodrigo Rato, como el diputado del grupo parlamentario de VOX José María Figaredo, mucho menos. En su caso, señora ministra, se puede disculpar la confusión dada su actual responsabilidad política en Hacienda, institución que prolonga en hijos, nietos, sobrinos, sobrinos nietos, primos y demás familia las cargas fiscales de un finado con posibles. Por otra parte, uno entiende, señora ministra, que le haga perder los nervios un chaval al que le saca más de 20 años, adicto al trabajo –conviene reseñar en este punto que es el diputado que más iniciativas parlamentarias ha planteado: 3.213, 3.011 por escrito– con dos licenciaturas universitarias y con más años de experiencia laboral en el sector privado que los que puede usted exhibir en el currículo. Pero, que le saquen a uno de quicio como parece que ha ocurrido en este caso, no justifica ni el ataque ad hominen ni la puñalada trapera a quien no puede defenderse. Porque, luego, hay gente malvada que tira de biografía y se pregunta cómo tiene cuajo la señora Montero para afear corrupciones ajenas, ella, que ha sido alto cargo nada menos que en los gobiernos socialistas andaluces de Manuel
Chaves y José Antonio Griñán, con quienes el latrocinio de los fondos públicos llegó a la sublime categoría de las bellas artes. Y, a la postre, el diputado Figaredo tampoco decía nada tan grave como para llevarse esa muestra de lo que es un colmillo retorcido a base de años en la política como es el caso de la portavoz del Gobierno. Cree que los partidos de izquierda cargan excesivamente de impuestos a los ciudadanos para mantener una gigantesca burocracia clientelar. Tenga usted la seguridad, señora ministra, que no está solo el diputado Figaredo en esa creencia.