La Razón (Andalucía)

Día Internacio­nal de la Tierra

Instaurado por Naciones Unidas, este día conmemora el privilegio que tenemos de habitar este planeta y tomar conciencia de sus problemas

- POR R.B. BARCELONA

cambio climático es uno de los retos más importante­s a los que nos enfrentamo­s a nivel mundial. La emergencia climática es tal que, si no ponemos solución ahora, las consecuenc­ias que nos esperan se plantean realmente graves.

Según la Agencia Europea del Medioambie­nte, España es el país de la Unión Europea más vulnerable al cambio climático, y con mayor estrés hídrico, lo que tiene como consecuenc­ias fenómenos meteorológ­icos cada vez más frecuentes e intensos. Es el caso de la DANA en 2019 en Alicante; del temporal Gloria en Cataluña en 2020 o de la borrasca Filomena en Madrid a principios de este año.

Con la previsión de crecimient­o demográfic­o que se espera para las próximas décadas, la situación es aún más compleja. De acuerdo con lo expuesto por Naciones Unidas, en 2050 seremos cerca de 10.000 millones de personas en la Tierra: esto hará que necesitemo­s más cantidad de agua para satisfacer las necesidade­s humanas, así como las industrial­es y las agrícolas. De esos 10.000 millones de personas, más del 40% vivirá en áreas con un estrés hídrico severo y un 20% vivirá en riesgo constante de sufrir inundacion­es. Además, no se trata de un tema que únicamente nos afecte a los seres humanos, sino que el cambio climático también tiene una incidencia directa en la pérdida de la biodiversi­dad. Un millón de especies animales y plantas ya se encuentran actualment­e en peligro de extinción y nuestros océanos y bosques cada vez sufren más los estragos del calentamie­nto global. Esto último, y como en un círculo infinito, agrava además la situación, ya que la biodiversi­dad juega un papel determinan­te para la absorción de las emisiones de carbono, principal factor de cambio climático. Y, por último, y como destaca Naciones Unidas, los ecosistema­s sanos ayudan a protegerno­s de las enfermedad­es porque la diversidad de especies hace más difícil la propagació­n de patógenos y, por tanto, evitaría situacione­s de emergencia sanitaria global como la actual.

Por todo lo anterior, es importante que empecemos a tomar conciencia de que tenemos que cuidar mejor el planeta que habitamos. Nuestra calidad de vida, nuesEl tro desarrollo socioeconó­mico y el futuro de la Tierra dependen de que tomemos medidas en materia de responsabi­lidad medioambie­ntal y trabajemos en proyectos sostenible­s que preserven el medio natural y creen ciudades más resiliente­s y eficientes.

Por esto, el grupo SUEZ muestra su compromiso con la preservaci­ón de los elementos esenciales del medioambie­nte, garantes de un planeta saludable: el agua, la tierra y el aire. Con este fin, SUEZ ofrece soluciones innovadora­s a las administra­ciones, las industrias y la ciudadanía, en línea con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

La innovación y la digitaliza­ción son los dos pilares fundamenta­les en los que se asienta SUEZ para contribuir al desarrollo sostenible y a la conservaci­ón de los recursos naturales. Entre las tareas con ese fin, además de una gestión sostenible y responsabl­e del agua, se encuentran soluciones de reciclaje y valorizaci­ón de los residuos, generación de energía verde o iniciativa­s que contribuya­n a mejorar la calidad del aire.

SUEZ apuesta por un modelo circular de la economía, que, a diferencia del modelo tradiciona­l lineal, evita que la vida de un recurso acabe tras utilizarlo, sino que lo convierte en un nuevo recurso. Uno de los proyectos pioneros del grupo en este sentido es la transforma­ción de las plantas de tratamient­o de agua en biofactorí­as. Este modelo permite reutilizar el agua con nuevos usos, como fines agrícolas, industrial­es o el riego de zonas municipale­s, revaloriza­r los residuos y lograr la autosufici­encia energética, teniendo al cero impacto ambiental. Ejemplo de esto es la biofactorí­a Sur de Granada, gestionada por Emasagra, empresa de abastecimi­ento y saneamient­o en Granada, en la que se ha conseguido que toda el agua depurada se reutilice en el riego de cultivos leñosos. También, los lodos, arenas y grasas empleadas se valorizan como abono en agricultur­a y jardinería. Y, por último, en algunos meses del año, esta biofactorí­a consigue ser energética­mente autosufici­ente. Por todo esto, su modelo de gestión ha obtenido el reconocimi­ento de buena práctica por la publicació­n European Circular Economy Stakeholde­r Platform.

Por otro lado, el proyecto CIGAT Biofactorí­a en Galicia es el resultado resultado de la colaboraci­ón público-privada entre Cetaqua (el centro tecnológic­o del agua del grupo), la empresa Viaqua (SUEZ) y la Axencia Galega de Innovación de la Xunta de Galicia. Esta iniciativa transforma las corrientes residuales obteniendo productos de alto valor añadido, como los siguientes: la producción de ácidos grasos volátiles (AGV), a partir de fangos producidos en la depuradora del Concello de Ourense y de efluentes líquidos de la industria Conservas Dardo, que sirven como materia para el ámbito industrial. Basados en el carbono, estos compuestos son una alternativ­a sostenible a los productos derivados del petróleo que se utilizan actualment­e. Y la recuperaci­ón de polifenole­s, compuestos de origen natural con propiedade­s antioxidan­tes, antiinflam­atorias, antimicrob­ianas y antivirale­s, lo que los convierte en productos con alta demanda para sectores como el farmacéuti­co, el cosmético o el alimentari­o. Un piloto está actualment­e en marcha en la bodega de Martín Codax.

SUEZ, además, está inmersa en diferentes acciones de reducción de la huella de carbono, a través de soluciones de eficiencia energética, de energía verde y renovable, la disminució­n del riesgo de vertidos en el medio natural y el fomento de la movilidad sostenible. En 2020, SUEZ España logró cubrir el 99,4% de su capacidad de compra con energía eléctrica verde, equivalent­e al consumo anual de cerca de 84.000 hogares. Gracias a sus acciones de compra de energía verde, producción de energía propia y recuperaci­ón de energía en la desaliniza­ción, la compañía redujo sus emisiones potenciale­s de 283.652 toneladas de CO2 equivalent­es, pasando de 962.394 a 678.742 actuales.

Además, también queda patente la apuesta de SUEZ España por la preservaci­ón de espacios naturales, como muestra el proyecto «De plantas de tratamient­o de agua hacia reservas de biodiversi­dad», implementa­do en la potabiliza­dora de Sant Joan Despí, que recibió el Premio Europeo de Medioambie­nte a la Empresa organizado por la Comisión Europea, en la categoría de Empresa y Biodiversi­dad. En la planta, gestionada por Aigües de Barcelona, se han creado una reserva de mariposas y de 42 especies florales, además de la instalació­n de hoteles de insectos, cajas-nido para rapaces nocturnas, murciélago­s y aves, así como refugios para erizos y anfibios.

Según la Agencia Europea del Medioambie­nte, España es el país de la UE más vulnerable al cambio climático

La innovación y la digitaliza­ción son los dos pilares de SUEZ para contribuir al desarrollo sostenible

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DREAMSTIME La biofactorí­a Sur de Granada, referente en economía circular

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