Daniel Brühl: «Los superhéroes no deberían existir»
«Falcon y El Soldado de Invierno» (Disney+) finaliza mañana su primera temporada
Con la intención de volver a ofrecernos esa acción adrenalínica de la que nunca debió separarse el gen superheroico, olvidándose ya de las divagaciones psicotrópicas de «Bruja escarlata y Visión» y ahora en sacra unión con el «bromance», la lucha contra el pasado o las distintas formas de sobrellevar el duelo, Disney+ ha estrenado «Falcon y el soldado de invierno», que llega a su capítulo final este viernes 23 de abril.
La importancia de los grises
Anthony Mackie y Sebastian Stan retoman en ella los papeles que habían dejado al término de «Vengadores: Endgame» mientras, en los seis episodios que dura la mini-serie, tienen que lidiar con la pérdida, la aparición de una nueva amenaza apátrida y las implicaciones morales del peso del escudo del Capitán América. A la sazón: el impulso imperialista de Estados Unidos, su problemática política exterior y el racismo en la América de George Floyd. También retoma su papel papel en el MCU el hispano-alemán Daniel Brühl («Goodbye Lenin»), que confiesa en entrevista con LA RAZÓN que la serie completa uno de sus primeros objetivos al saber que interpretaría al personaje, allá por 2015, cuando se reunió con el «pope» marvelita Kevin Feige: «Antes del primer encuentro, encuentro, lo que hice fue documentarme sobre quién era el Barón Zemo, y me llamó la atención porque Kevin tenía en mente algo completamente diferente a la primera impresión que te llevas en los cómics. Hubiera sido bonito poder llevar la icónica máscara del personaje en “Civil War”, y explorar ese rollo familiar noble que tenía, pero no se pudo por el propio tono de la película. Ahora por fin estos aspectos se han podido resucitar y me daban la posibilidad de jugar con ello», explica al preguntarle por la escena que se ha hecho viral, de su personaje bailando en una discoteca.
Uno de los aspectos más interesantes de la serie, que oscila con buena mano entre la comedia que se hizo género propio en «Arma letal» o «Tango y Cash», y los dramas bélicos de «La guerra de Charlie Wilson» o «En tierra hostil» (donde aparecía el propio Mackie), es la revisión que plantea de la figura del superhéroe. «Como es normal», explica Brühl, «no estoy de acuerdo con todo lo que dice mi personaje, pero hay partes de su ideología que sí creo correctas. El sérum que en la serie crea a los superhéroes no debería existir, porque los superhéroes no deberían existir. Las personas no deberían jugar a ser Dios». Y sigue, sobre los dilemas morales que su sibilino personaje genera en un universo donde apenas existen los grises: «Debo tener cuidado con no revelar nada, porque soy el rey de los ‘’spoilers’’ y podría acabar en la cárcel de Marvel, pero creo que Zemo hace que los protagonistas, pese a su dolor y conflictos, cada vez se entienden mejor los unos a los otros y entienden su sufrimiento», remata sobre una posible segunda temporada.
Con la serie de «Loki» en el horizonte (se estrena el 11 de junio) y el anuncio, ya oficial, que promete una cita con Scarlett Johansson y su «Viuda negra» en cines el próximo 9 de julio, «Falcon y El Soldado de Invierno» sobrevivirá al paso del tiempo como, ahora sí, un intento legítimo de Disney Marvel por establecer narrativas alejadas del moralismo de blanco y negro que ha copado su ficción hasta ahora. Quizá no llegue a las cotas de excelencias de la segunda parte de «Capitán América», pero sí se hace disfrutable cuando, con perdón de la acción palomitera, actores como Brühl pueden hacer que brille su carisma.