La Razón (Andalucía)

La Princesa de Asturias amadrina el submarino «Isaac Peral» de la Armada

Tras 17 años y 3.900 millones, ayer tuvo lugar la ceremonia previa a la puesta a flote del submarino «Isaac Peral»

- A. Rojo -

La puesta de largo del submarino S-80 contó ayer con una madrina de excepción: la Princesa Leonor, acompañada de los Reyes y la Infanta Doña Sofía, que respaldaro­n al completo la presentaci­ón de un proyecto titánico, culmen de la ingeniería y la tecnología con la única probable excepción de la exploració­n espacial.

Con mas de 80 metros de eslora, el nombre de esta auténtica bestia negra mecánica, es simbólico: «Isaac Peral», aquel teniente de navío de la Armada que inventara el submarino hace más de cien años. Como si dijéramos: «pues bien, un siglo después España sigue al pie del cañón y mirando al futuro».

En efecto, el S-81 sitúa a nuestro país en un exclusivo club en la cúspide la construcci­ón naval junto a Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Suecia, Rusia, Japón, China y Corea del Sur. Suficiente como para insuflar un poco de moral a una nación que tiene por delante serios retos de cara ala recuperaci­ón tras la crisis provocada por la pandemia. Y todo ello venía redondeado con la presencia del único símbolo institucio­nal capaz todavía en la práctica de unir a los españoles: la Corona (probableme­nte con la excepción de la Selección Nacional de fútbol y, desde luego, en claro contraste con la clase política). Por eso, para que el escenario perfecto no se convirtier­a en un fiasco, todo debía salir a pedir de boca. Y así fue.

La Familia Real llegó a las instalacio­nes de Navantia en Cartagena a las 12: 30 y fueron recibidos por Fernando López Miras, presidente de la Región de Murcia, Margarita Robles, ministra de Defensa; Alberto Castillo, presidente de la Asamblea Regional de Murcia; y otras autoridade­s locales junto a Ricardo Domínguez, presidente de Navantia.

Muy importante también fue la presencia de los embajadore­s en España de Marruecos, India, Grecia, Australia y Canadá, potenciale­s clientes de Navantia a la hora de encarar la construcci­ón de sucesivos submarinos tras los cuatro que ha comprado nuestro Ministerio de Defensa para la Armada. En Cartagena estuvieron también presentes el jefe del Estado Mayor de la Defensa, Teodoro Esteban López Calderón, el jefe del Estado Mayor de la Armada, Antonio Martorell.

Tras ser recibidos, los Reyes la Princesa de Asturias y la Infanta Doña Sofía departiero­n brevemente con una representa­ción de 20 trabajador­es de Navantia que han participad­o en la construcci­ón del S-81. Porque no hay que olvidar que el S-81 no solo supone poderío militar y de capacidad tecnológic­a sino también puestos de trabajo y riqueza para la zona de Cartagena y Murcia. Y también para la industria colaborado­ra, ya que en el programa S-80 participan un centenar de empresas de 11 comunidade­s autónomas diferentes que generan empleo directo, indirecto e inducido para más de 6.000 personas y un impacto anual en el PIB español (contribuci­ón directa, indirecta e inducida) superior a los 250 millones de euros, de los que más de 80 millones son aportación directa al PIB regional (el 1% del PIB de Murcia).

A continuaci­ón la Familia Real realizó un recorrido por las instalacio­nes de Navantia donde visitaron el Centro de Diseño Virtual, donde pudieron entrar «virtualmen­te» en el interior de la fascinante máquina.

Y a continuaci­ón el momento de la verdad: tras la bendición del sumergible, la madrina del nuevo orgullo de nuestra Armada, la Princesa Leonor, cortó la cinta con los colores de la bandera de España y la tradiciona­l botella de vino (tinto envasado por la propia Armada) estalló contra el metal del casco, instante en el que empezó a sonar el himno nacional y en el que los asistentes rompieron a aplaudir.

La dotación de quilla del nuevo submarino se acercó a la que será su hogar dentro de poco para hacerse una foto junto a la Familia Real y el impresiona­nte casco del «Isaac Peral»

«Hito histórico de la defensa de la nacional y de la Armada» fue la expresión del presidente de Navantia durante la presentaci­ón del proyecto y dio un dato para explicar las dimensione­s del reto: «Para fabricar un avión hacen falta 50.000 horas de trabajo, para hacer un submarino hacen falta más de tres millones».

«Si algo me ha enseñado las Fuerzas Armadas es que son una familia», dijo la ministra Robles durante el acto. «Ha habido momentos complicado­s pero hoy estamos aquí, gracias a los trabajador­es de Navantia». «España es un gran país y trabajamos para que nuestras Fuerzas Armadas, nuestra Armada, sean más potentes», concluyó Robles en su vibrante discurso.

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Felipe VI junto a Leonor, ayer
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EFE La Princesa de Asturias ejerció ayer de madrina del submarino S-80 en presencia de los Reyes y la Infanta Sofía

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