La Razón (Andalucía)

Podemos y Vox pasan al choque Todos los candidatos están revisando sus agendas y estrategia­s: empieza una nueva campaña

Iglesias abandona un debate tras una dura bronca con Monasterio. Génova teme que la «radicalida­d» movilice a la izquierda

- POR CARMEN MORODO

La campaña de Madrid puede acabar siendo otra campaña en la semana que queda hasta el 4M por las interferen­cias de Podemos y Vox. Los dos extremos se necesitan para autoalimen­tarse y dar la vuelta a las encuestas que no soplan a su favor: el camino es la radicaliza­ción, a derecha y a izquierda, en una estrategia que ha encendido las alarmas en Génova.

«Monasterio puede darle el Gobierno a la izquierda como siga así. Esto ya no va de tomar cervezas o no, es otra cosa». La reflexión reflexión la hacían ayer en la dirección nacional del PP después del espectácul­o en el que Rocío Monasterio, la candidata de Vox, y Pablo Iglesias, candidato de Podemos, convirtier­on el debate electoral organizado en la Cadena Ser.

Entre los dos lo reventaron. La iniciativa puede atribuírse­le a Monasterio, pero Iglesias venía preparado para aprovechar la ocasión después de que la candidata de Vox cuestionar­a la amenaza del sobre con balas denunciado por el líder morado.

El cabeza de lista de Podemos abandonó el programa y la presentado­ra tuvo que darlo por terminado una hora después, cuando Ángel Gabilondo (PSOE) y Mónica García (Más Madrid) decidieron también irse. Antes de que Iglesias se levantara de la silla, Monasterio se había reído del envío con las balas y había exigido a Iglesias que se marchase, pero no sólo del debate, sino de España.

La estrategia de Vox está estudiada al milímetro y busca acentuar la polarizaci­ón para encontrar espacio en una campaña en la que el discurso y la gestión de Isabel Díaz Ayuso les ha dejado sin mensaje.

El camino de Vox para buscar ese espacio es el mismo que necesita andar Iglesias, el de agitar la confrontac­ión radical, el del ruido y el de exagerar los mensajes para sus nichos electorale­s. En el caso de Vox, en cuestiones como la inmigració­n, la seguridad o la igualdad de género.

Vox le hizo ayer un favor a Iglesias porque ha dado relato a un discurso que, como se vio en el debate electoral, flojea si se sale del estricto combate ideológico.

El ex vicepresid­ente es un «paracaidis­ta» en estas elecciones madrileñas. Puede salvar la presencia de Podemos en la Asamblea regional, pero tiene lejos, según la realidad demoscópic­a del momento, el objetivo de igualar posiciones con Más Madrid, con Íñigo Errejón.

Y los temas de Madrid no se los sabe, no puede confrontar sin perder dialéctica­mente con la candidata de Más Madrid, que lleva dos años peleándolo­s en la Asamblea regional. Y tampoco puede exhibir su gestión en el Gobierno de coalición.

Por tanto, Vox le dio ayer el «arma» para que pueda intentar jugar la partida en su terreno. Si esta vuelta de tuerca a la polarizaci­ón suma a la derecha, está por ver, pero Iglesias tiene la excusa para apropiarse de la campaña y convertirl­a en un supuesto plebiscito sobre la democracia.

En los cuarteles generales de derecha e izquierda se escuchaba ayer la misma expresión. «Esto puede ser un punto de inflexión». El marco ha volado, hasta el límite de que los demás debates electorale­s previstos, el de La Sexta y el de RTVE, han tenido que ser anulados.

Y los parámetros sobre los que se canalizaba la confrontac­ión electoral han dado un giro de 180 grados. Vox se queda solo en su posición frente a las misivas con balas de Cetme enviadas al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, al ex vicepresid­ente Iglesias y a la directora de la Guardia Civil, María Gámez. Monasterio puso en duda la veracidad de esas amenazas, «del Gobierno no nos creemos nada», y la izquierda ya tiene el carril para presentar los comicios como el examen en el que hay que «parar los pies a la ultraderec­ha en defensa de la democracia».

El pasado de Iglesias está ahí: su estrategia de señalar a medios de comunicaci­ón críticos o de deshacerse del disidente interno. Y su doble vara de medir ante la violencia, según venga de la extrema derecha o de grupos de la izquierda radical, satélites que giran en la órbita de Podemos. Pero todo eso da igual cuando desde la plataforma de Vox le han puesto en bandeja apagar todos los demás debates para presentars­e como el líder del cordón sanitario a la ultra derecha. Las consecuenc­ias electorale­s de este giro de campaña están por ver, pero no hay duda de que ha empezado otra campaña que obliga a todos los candidatos a cambiar también sus agendas.

PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos sintonizar­án todavía más sus mensajes para activar ese voto de izquierdas menos movilizado en estas elecciones frente al votante del centro derecha, que como decían esta semana en Génova, «los nuestros están preparados para votar a dos manos».

A partir de ahora la izquierda se envuelve en el eslogan de que son «la barricada frente al fascismo» para ver si consiguen el marco en el que el CIS justificab­a esta misma semana unos resultados a su favor negados hasta ahora por todas las encuestas: una participac­ión masiva el próximo 4 de mayo cuando abran los colegios.

La candidata de los popularesc­ontinuará con su estrategia, pero los excesos de Vox la obligan a desmarcars­e del partido del que puede tener que depender para gobernar en la Comunidad de Madrid. Véase el cártel sobre los menores inmigrante­s no acompañado­s o las amenazas recibidas por cargos del Ministerio del Interior y por Iglesias.

«Vox está pensando en sus intereses, y a la vez está ayudando a llevar el marco de confrontac­ión justo donde necesitaba Iglesias para poder salir del agujero», comentaban ayer en el equipo electoral de la presidenta madrileña.

 ??  ?? Pablo Iglesias abandonó ayer el debate de la cadena Ser tras su rifirrafe con Monasterio a la que acusó de no condenar la amenaza de muerte que recibió. La candidata de Vox pidió que él condenase Vallecas
Pablo Iglesias abandonó ayer el debate de la cadena Ser tras su rifirrafe con Monasterio a la que acusó de no condenar la amenaza de muerte que recibió. La candidata de Vox pidió que él condenase Vallecas
 ?? EFE ??
EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain