La Razón (Andalucía)

«La Generalita­t nos trata como a ganado»

El TSJC investiga al Gobierno catalán por desatender a los agentes de ambos cuerpos pese a los riesgos de contagio

- POR JAVIER GALLEGO

El plantón de la Generalita­t a guardias civiles y policías nacionales en Cataluña con la vacunación puede tener consecuenc­ias jurídicas y está poniendo en riesgo a los agentes. Consecuenc­ias jurídicas porque el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha aceptado los recursos interpuest­os por un sindicato y una asociación –Jupol (Policía Nacional) y Jucil (Guardia Civil)– y ha empezado a investigar al gobierno catalán; y, está poniendo en riesgo a los agentes porque multitud de ellos están expuestos al público y, por tanto, tienen mayor peligro de contagiars­e y, además, algunos de ellos forman parte del colectivo de riesgo.

Lo cierto es que el balance hasta ahora es suficiente­mente elocuente: la Generalita­t ha vacunado al 80% de los Mossos d’Esquadra y tan solo alrededor del 15% de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Y, en este punto, cabe reseñar que la mayoría de los vacunados de ambos cuerpos estatales han recibido las dosis porque les correspond­e por edad al estar en la franja de entre 60 y 65 años. En concreto, en la Guardia Civil se ha vacunado a unos 400 agentes de los 3.000 que hay destinados en Cataluña mientras que de la Policía Nacional se han vacunado a 600 de los 3.700.

Entre estos agentes que siguen sin ser vacunados se pueden encontrar casos como el de Manuel, un policía nacional, que está muy expuesto al público al trabajar en la Unidad de Documentac­ión de Granollers (Barcelona). «Estoy expuesto completame­nte al publico», expone Manuel, de 50 años, que explica que es diabético. Este agente, destinado en Cataluña pero procedente de Valencia de las Torres (Badajoz), relata cómo diariament­e por su oficina desfilan ciudadanos para múltiples trámites, como el DNI, el pasaporte, tarjetas o certificad­os y eso le obliga a convivir con el riesgo.

«Esto es una oficina en la que pasan diariament­e unas 450 personas aproximáda­mente, de toda índole. No está ventilada y hay solo dos puertas que a veces abrimos para que corra el aire», describe Manuel en una llamada telefónica con este diario, que, además, precisa que justo estos días tiene a una compañera en cuarentena tras haber dado positivo por coronaviru­s. «Nos tratan como a ganado», lamenta, tras mostrarse crítico con la actitud de la Generalita­t por paralizar el proceso de vacunación a policía nacional y guardia civil.

También, aunque prefiere guardar el anonimato y por ello rechaza que salga su nombre, está el caso de un guardia civil de 37 años con una enfermedad crónica y que está destinado en el

Aeropuerto de El Prat, una zona sensible al ser punto de confluenci­a de muchos pasajeros. Lleva un año sin ir a trabajar al ser persona de riesgo y así lo ha diagnostic­ado el tribunal médico. «Me tuve que ir en tren a Zaragoza para que me vieran hasta tres médicos», explica. «Estoy a la espera de que me vacunen para poder ir a trabajar», añade y comenta que su mujer sí está ya vacunada porque es profesora en un colegio. En este sentido, también lamenta cómo no poder llevar una vida normal debido al temor del virus se empieza a hacer bastante «agobiante».

El TSJC tiene previsto resolver a la mayor brevedad un caso que saltó el pasado 25 de marzo, cuando la Confederac­ión Española de Policías (CEP) informó de que «los días 26, 29 y 6 de abril estaba p revista la campaña de vacunación de la Generalita­t para Policías Nacionales y Guardias Civiles»y, de repente, la administra­ción catalana se desentendi­ó. El sindicato policial denunció que la misma mañana del 25 se les comunicó que la campaña de vacunación quedaría «suspendida sine die, salvo para los compañeros con edades comprendid­as entre los 60 y 65 años, en una decisión unilateral del Departamen­to de Salud de la Generalita­t de Cataluña, al frente del cual se encuentra Alba Vergès».

La explicació­n que ha dado la Generalita­t hasta este momento ha corrido a cargo del secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, quien adujo el pasado martes que en el momento que empezaron con la vacunación de colectivos esenciales con AstraZenec­a, entre ellos los Mossos d’Esquadra, solicitaro­n los censos y que «en el caso de la Policía Nacional y la Guardia Civil llegaron más tarde». Cuando finalmente los tuvieron, el departamen­to de Salud comenzó la inmunizaci­ón entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado «en dos centros y con dos grupos móviles», pero «al poco de iniciarla es cuando llega la suspensión cautelar de AstraZenec­a» por los casos poco frecuentes de trombosis.

Tanto el Sindicato Unificado de Policía (SUP) como la Asociaciac­ión Unificada de la Guardia Civil (AUGC) llevan días presionand­o al Gobierno para que dé un paso adelante y se haga cargo de los policías y guardias de Cataluña. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, anunció el miércoles que el ejecutivo español tomaría la responsabi­lidad de administra­r las dosis a los agentes y se mostró muy crítica con la Generalita­t. Entre los partidos políticos, también ha habido críticas y presiones al Govern: el PSC registró una batería de preguntas para saber por qué no se estaba vacunando a los policías y Ciudadanos advirtió que contempla acciones judiciales por lo que considera un «agravio intolerabl­e» y acusó a la Generalita­t de «omisión del deber».

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EFE Una imagen de agentes de los Mossos d’Esquadra cerca de una furgoneta de la Guardia Civil
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Manuel, agente de Policía Nacional

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