La Razón (Andalucía)

El jolgorio tiene que volver a Madrid, capital de España

- POR JESÚS MARIÑAS

Madrid mantiene, ay, su declive social aunque Ayuso le ponga empeño. Faltan jolgorio, ánimo, ruido, música, verbena y cachondeo. No hay fiestas ni eventos, esto es un desierto y no hay ganas de salir, estrenar ropa, lucirse, mostrarse y estar en el escaparate. Ya no hay fiestas, juergas ni celebracio­nes como las que, suntuosame­nte, con júbilo, ánimo y despreocup­ación, montaban en Joy Eslava espacio muy grande que Pedro Trapote conserva inalterado como hace medio siglo. Debería ser monumento nacional como los hoteles «Palace» y «Ritz» donde exigían vestirse de etiqueta. Pero esto es un desierto, ¡ay! Y parece no tener remedio, solución ni manera de «enmendallo», como la Lomana al denunciar desprecián­dola que Carmen Janeiro vaya vestida de negro y con «escote hasta la cintura» un domingo por la mañana. Lo denuncia Carmen Lomana tal si fuera arbitro de la elegancia o un nuevo Petronio. Hay que ver. Me quedo con que es una lástima degradador­a que haya caído por el suelo la festiva imagen, zarzuelera sí pero señorial, que internacio­nalmente se tenía de un Madrid cálido, festivo, verbenero, animado, único y castizo, repleto de pan y toros como en el tópico zarzuelero o de los almuerzos en Casa Lucio aún muy «typicals» y tan tradiciona­les como Enrique Ponce asegurando que no quiere perder la paciencia – difícil lo tiene– y solo busca vivir tras todo lo ocurrido al romper con Paloma Cuevas y unirse, quizá demasiado pronto, con Ana Soria. Auténtico flechazo, ¿ o ya lo tenían montado o ensayado? Pero es otro contar. Llegamos a creérnoslo y así nos va relajados sin añoranza y confiados en la castiza literatura y mucha leyenda de Pérez Galdós. Me pregunto por qué dejaron de organizars­e las aristocrát­icas, elitistas, selectas, y distancian­tes pero numerosas y llenas de glamour reuniones en los hoteles «Palace» y «Ritz», que ahí siguen. Pero vacíos.

Insisto, lamento y repito que es tristísimo y quien fuera debería ponerle remedio, reorganiza­rlo, buscarle una salida profesiona­l, encontrarl­e futuro. Supone un reto atrevido pero de fácil remedio. Lo de «Madrid, capital de España» no es cuña ni coña, eslogan o publicidad ni en estos tiempos autonómico­s tan propicios a la regionaliz­ación localista tan provincian­a. Francia tiene Paris; Italia, Roma. No vamos a ser menos. ¿O sí? Ya veremos.

«Enrique Ponce asegura que no quiere perder la paciencia y solo busca vivir tras todo lo ocurrido al romper con Paloma Cuevas»

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain