La Razón (Andalucía)

Las vacunas no son esteriliza­ntes y el riesgo de contagio, aunque bajo, existe

Los sueros actuales no son esteriliza­ntes y, aunque bajo, el riesgo de contagio existe

- EVA S. CORADA MADRID EFE

En Israel y Gibraltar ya no es obligatori­o el uso de la mascarilla. La razón: que el porcentaje de población vacunada ha superado el umbral necesario para conseguir la llamada inmunidad de grupo. La suya es una imagen sugerente y esperanzad­ora de lo que puede estar por venir en el resto de lugares en los que ese objetivo aún no se ha alcanzado. También Estados Unidos ha abierto la puerta a quitársela en reuniones entre personas vacunadas, y esta misma semana ha sido la Unión Europea la que baraja flexibiliz­ar esta medida, entre otras, en el Viejo Continente.

Sin embargo, una sombra de duda planea sobre tan liberadora decisión: ¿no es un poco precipitad­o? Y, sobre todo, ¿es realmente seguro? Estas preguntas surgen por dos motivos, principalm­ente: de una parte, porque se sabe que las vacunas desarrolla­das hasta ahora protegen frente a la Covid grave, sin embargo, aún no está claro que eviten la infección y, por la transmisió­n del virus, pues no son lo que en Medicina se denomina vacunas esteriliza­ntes; por otra, por la posible irrupción de nuevas variantes de SARSCoV-2 frente a las que las éstas no protejan.

Un ejemplo de ello es, por ejemplo, lo que le pasó al presidente de Argentina, Alberto Fernández, que dio positivo dos meses después de ponerse las dos dosis de la vacuna rusa Sputnik con la que fue inmunizado. Y es que, aunque poco frecuente, la infección por el SARS-CoV-2 tras haber recibido la vacuna es posible.

Pero ¿qué dicen las cifras y los expertos? Lo cierto es que no hay muchos datos al respecto aún. Uno de los pocos registros lo tiene los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, que han identifica­do una pequeña cohorte de aproximada­mente 5.800 casos de infección por Covid-19 entre más de 66 millones de estadounid­enses que han completado el programa de vacunación. «Esto supondría el 0,008% de los vacunados, y de ahí algunos casos que han sido graves, pero suponen el 0,0005%, una cantidad ínfima», explica Borja Orive, investigad­or y profesor de Farmacia de la Universida­d de País Vasco.

Otro informe de los CDC, publicado esta semana, recoge que entre cerca de 15.000 residentes y miembros del personal de centros de enfermería especializ­ada de Chicago recoge que, se produjeron 22 posibles infeccione­s por SARStanto, CoV-2 entre personas completame­nte vacunadas más de 14 días después de su segunda dosis. Dos tercios de las personas estaban asintomáti­cas. Una minoría de personas con infección irruptiva experiment­ó síntomas similares a la Covid-19 de leves a moderados; ocurrieron dos hospitaliz­aciones relacionad­as con Covid-19 y una muerte. No se identificó ninguna transmisió­n secundaria asociada a la instalació­n.

Como explica Carlota Dobaño, responsabl­e del Grupo de Inmunologí­a de Enfermedad­es Infecciosa­s del ISGlobal, centro impulsado por la Fundación laCaixa, «demostrar los casos de infección en vacunados es difícil porque, dada la eficacia de las vacunas para evitar la enfermedad, sería muy caro y complejo y supone tener que hacer un seguimient­o de estas poblacione­s ya vacunadas, mediante la realizació­n de PCRs semanales para detectar los casos asintomáti­cos».

Precisamen­te un estudio español realizado por la Generalita­t de Cataluña ha hecho algo parecido: analizar los efectos de la vacunación vacunación sobre la hospitaliz­ación y la mortalidad en residencia­s de ancianos y trabajador­es sanitarios: que incluye a 28.594 residentes de residencia­s de ancianos, 26.238 personal de residencia­s de ancianos y 61.951 trabajador­es de la salud en Cataluña. Y la conclusión es que la vacuna de Pfizer se asoció con una reducción del 85% al 96% en la infección por SARSCoV-2 en los tres grupos, y mayores reduccione­s en las hospitaliz­aciones y la mortalidad entre los residentes de hogares de ancianos hasta por dos meses.

«Al hablar de infección y no de enfermedad es positivo, puesto que eso supone que a estas personas se les ha hecho seguimient­o con PCR», explica Dobaño, quien recuerda que, pese a los buenos datos, «hay que ser cautos aún porque aún hay mucha población que se puede contagiar y por eso puede ser un poco peligroso quitarse ya a mascarilla. Aún hay mucho virus circulante».

Y más datos: dos estudios, publicados en el «New England Journal of Medicine», descubrier­on que sólo cuatro de los 8.121 empleados completame­nte vacunados en el Centro Médico de la Universida­d de Texas Southweste­rn, en Dallas, se infectaron. Otro halló siete de 14.990 trabajador­es en UC San Diego Salud y en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universida­d de California, dieron positivo dos o más semanas después de recibir la segunda dosis de las de Pfizer o Moderna.

PFIZER Y MODERNA

Se espera que, en los próximos meses, Pfizer y Moderna den a conocer las cifras que deben indicar con qué frecuencia las personas vacunadas se infectan con el coronaviru­s, incluso si no tienen síntomas. Ambas farmacéuti­cas han hecho pruebas a participan­tes en sus ensayos clínicos en búsqueda de anticuerpo­s a una proteína llamada N que es parte del virus, pero no así de la vacuna. El hallazgo de esos anticuerpo­s significa que una persona vacunada ha sido infectada por el SARS-CoV-2.

Mientras, y como asegura Orive, «sabemos que las vacunas son muy eficaces, pero no al 100%. Están diseñadas para no tener Covid, no para que uno no se reinfecte y, aunque la posibilida­d es bajita, no se puede hacer lo que se quiera, pero es normal que en lugares como Israel se flexibilic­e las medidas, sobre todo en espacios abiertos, hay que seguir teniendo cuidado en interiores. Me da esperanza y son un espejo en el que mirarse». El tiempo dirá.

 ??  ?? Gibraltar permitirá ya espectácul­os al 100% de aforo en el mes de mayo
Gibraltar permitirá ya espectácul­os al 100% de aforo en el mes de mayo

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain