Goleador y rompetechos
Gerard Moreno es la baza del Villarreal para superar, a la quinta, una semifinal europea
El crecimiento del Villarreal desde las categorías de barro hasta codearse con la aristocracia del fútbol nacional y europeo es un ejemplo luminoso de meritocracia en el deporte. Pero tiene, ha tenido hasta el momento, un techo de cristal. Este ejemplar «Submarino Amarillo» nunca ha tenido un título al alcance de sus torpedos, pese a su tercer puesto en la Liga 2003/04 o su semifinal de Copa perdida contra el Barcelona en 2015. En la penúltima ronda de los torneos continentales, que hoy pisa por quinta vez con el Arsenal enfrente, sus cuatro derrotas empiezan a parecerse
parecerse a una maldición.
Hace quince años, los «Gunners» ya se cruzaron en el camino del Villarreal en una semifinal europea, aquella de Champions que no fue a la prórroga porque Riquelme falló un penalti en el último minuto. Dos temporadas antes, el Valencia de Benítez ya le había cortado el paso en la semifinal de la Copa de la UEFA en una eliminatoria que sólo registró un gol, de Mista, en sus 180 minutos. El Oporto en 2011 y el Liverpool en 2016, dos adversarios de tronío, también le cerraron el acceso a la final en la segunda competición continental.
Para esta quinta intentona, de nuevo frente al Arsenal –claro que, con todos los respetos, la bisoña tropa de Arteta sólo se parece en el rojo de la camiseta a aquella escuadra liderada por Arsene Wenger en el banquillo y por Titi Henry en el césped–, el Virrarreal cuenta con Gerard Moreno, el goleador de moda en España y el delantero sobre el que gravitará en junio el ataque de la selección de Luis Enrique. Con 29 años recién cumplidos, el futbolista barcelonés ha alcanzado esta temporada su punto perfecto de maduración y, acostado a la derecha en una delantera de tres, Unai Emery le ha encontrado su sitio ideal para rendir: el resultado, 26 goles en lo que va de campaña, campaña, veinte de ellos en Liga para incrustarse en la lucha por el Pichichi que sostienen Leo Messi, Benzema y Luis Suárez. Nunca ha estado cojo de delanteros el club castellonense, que perdió finales europeas con Sonny Anderson, Diego Forlán o Giuseppe Rossi, pero el rendimiento esta temporada del catalán, a quien escoltarán en el once Paco Alcácer y Samu Chukwueze, es una piedra sólida sobre la que construir el éxito. La única duda que genera Gerard es la merma de sus prestaciones en los partidos, como el de hoy o el de dentro de una semana en Londres, de máximo compromiso.
El goleador pasó ayer por la sala de prensa para significar su «orgullo por jugar una semifinal con el Villarreal. Significa mucho, me siento privilegiado por estar aquí con mis compañeros. Llegamos con mucha ilusión de hacer algo grande». La historia negra de los castellonenses con las semifinales no supone para Gerard Moreno «una espina», sino que considera «un reto, otra oportunidad para intentar superar esa barrera que hasta ahora se ha resistido».