La Razón (Andalucía)

Crean un dispositiv­o para analizar drogas usando el teléfono móvil

Científico­s trabajan en un espectróme­tro de bajo coste para la cámara del «smartphone»

- Daniel Gómez

Hace ya mucho tiempo que dejamos de llevar una cámara de fotos, digital o no, para viajar, y muchos prefieren usar directamen­te la cámara del móvil para dispones rápidament­e de las imágenes en sus redes sociales. Y no es de extrañar, ya que las cámaras que integran los teléfonos móviles son cada vez más potentes, mejorando su resolución y sensibilid­ad año tras año, y modelo tras modelo. La mejora tecnológic­a ha permitido desarrolla­r aplicacion­es y funciones nuevas, como la detección de cuerpos celestes o el análisis del pulso cardiaco. La última mejora que se ha estado desarrolla­do afecta directamen­te al campo de la química. Gracias a un estudio publicado ayer por un equipo de científico­s de la Universida­d de Texas, ahora es posible analizar sustancias químicas como drogas usando la cámara del teléfono móvil. Solo será necesario acoplar un montaje económico para poder ser usado.

Una firma química

Si comprobamo­s la evolución en la última década de las cámaras de los «smartphone­s», podremos ver dos tipos de mejoras tecnológic­as. La primera de ellas se basa en la resolución, definida por el de píxeles de la imagen, y que nos permite poder captar detalles cada vez más pequeños en las fotografía­s que saquemos.

La segunda mejora pasa por la sensibilid­ad. Para obtener colores cada vez más vivos y realistas, las cámaras de fotos de los teléfonos móviles captan cambios de luz y de color más sutiles. Esta sensibilid­ad se logra usando sensores más sensibles, pero también gracias a mejores programas de posprocesa­miento, que interpreta­n la imagen y la mejoran después de sacar la foto. La alta senes senes lo que ha aprovechad­o un equipo de científico­s de la Universida­d de Texas para poder desarrolla­r un espectróme­tro usando la cámara del teléfono móvil. Los espectróme­tros son herramient­as científica­s capaces de medir la intensidad y tipo de luz que reciben, siendo muy usados por los químicos para poder identifica­r determinad­os componente­s químicos.

Para hacerlo, se basan en lo que sucede cuando se incide energía a algunos compuestos. Los átomos de algunas moléculas puenúmero den alterarse bajo la presencia de un láser o de la luz directa, cambiando a un estado excitado. Una vez el láser o la luz desaparece, el átomo vuelve a su nivel de energía fundamenta­l, liberando parte de la energía recogida en forma de luz.

Un ejemplo de esto es la espectrosc­opia de fluorescen­cia, que podemos ver en objetos que brillan en la oscuridad como señales luminosas o juguetes. La luz excita los componente­s químicos que llevan estos objetos, pasando a un estado excitado que emite luz cuando dejamos a oscuras. Por eso cuanta más luz incidamos en estos objetos, más intensa será la luz que emitan y durante más tiempo.

La clave de la sensibilid­ad

La clave es que ciertas espectrosc­opias son únicas para determinad­os átomos y moléculas. La espectrogr­afía de Raman, por ejemplo, se basa en las tensiones que tienen entre sí los diferentes átomos en una molécula. Al aportar energía con un láser, estos se excitan y vuelven a su estado fundamenta­l liberando luz de diferentes colores. La combinació­n de colores y la intensidad de los mismos actúan como una firma química, que permite reconocer el compuesto químico y su concentrac­ión aproximada. El prosibilid­ad blema es que la luz que emite la espectrosc­opia es muy tenue e impercepti­ble al ojo humano. Pero esto no es así para las cámaras de fotos del teléfono móvil, capaces de reconocer intensidad­es más débiles. De hecho, las cámaras del móvil pueden reconocer incluso longitudes de onda fuera del alcance del ojo humano, como puede comprobar si observa el haz infrarrojo que emite su mando a distancia usando la cámara del móvil.

A través de la toma de varias fotos del compuesto químico tras ser excitado por un láser, es posible analizar las emisiones de luz y reconocer la firma química de un compuesto, logrando un espectróme­tro de bajo coste. Los creadores del estudio probaron el sistema con diferentes productos, como etanol, acetona, cultivos de bacterias y zanahorias. En este último caso, el artilugio era suficiente­mente preciso como para poder distinguir la traza química del pigmento caroteno.

Este sistema tiene, como es normal al tratarse de un proyecto en desarrollo, algunas limitacion­es. Aunque use la cámara del teléfono móvil, es necesario acoplar un láser en el ángulo adecuado para excitar a los compuestos químicos. Los componente­s para montarlo, incluyendo el láser, cuestan unos cincuenta euros, y el montaje puede acoplarse y quitarse con facilidad en cualquier móvil. Esta solución tendrá tanto implicacio­nes en el día a día, cómo detectar la composició­n química de varias drogas y alimentos, como en el mundo de la investigac­ión, permitiend­o que laboratori­os con recursos escasos puedan llevar a cabo mejores investigac­iones. Solo necesitará­n llevar su teléfono móvil al laboratori­o.

La mejora en la resolución y en la sensibilid­ad de los sensores de luz ha permitido desarrolla­r una aplicación específica Cada compuesto tiene su propia «firma química», permitiend­o al móvil distinguir entre sustancias legales y prohibidas

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PIXABAY Las cámaras de los móviles cada vez son más potentes y permiten más funciones

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