CaixaBank avisa: 43.000 empleos en juego si no se cierra el ERE de 8.000
El banco escuchará a Gobierno y sindicatos, pero «la decisión final es nuestra»
«Nosotros escuchamos todas las voces, del Gobierno y los sindicatos, pero las decisiones sobre el futuro de la entidad y sus trabajadores al final las tenemos que tomar nosotros». Con estas palabras quiso zanjar el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, cualquier duda sobre la resolución del ERE planteado por la fusión con Bankia. «Vamos a escuchar a todo el mundo, pero nuestra obligación es tomar la mejor decisión conforme a los intereses de la entidad, en un escenario de tipos estructuralmente bajos y de transformación digital», manifestó.
Gortázar contestó a las preguntas de los periodistas tras la presentación de resultados de la entidad en el primer trimestre del año, en el que la nueva CaixaBank –fruto de su fusión con Bankia– logró un beneficio de 4.786 millones de euros, una vez incorporados los impactos extraordinarios asociados a la conversión de ambas entidades. Principalmente, los 4.300 millones generados por el fondo de comercio o «badwill» negativo de la fusión, aunque Gortázar aclaró que es un tema «técnico» que no nos ha proporcionado «ni un solo euro en caja». Sin estos extraordinarios, el beneficio del banco se situaría en 514 millones, 5,7 veces más que en 2020, cuando los resultados se vieron afectados por las provisiones realizadas para hacer frente a la crisis del coronavirus. De este resultado, 444 millones proceden de la actividad bancaria y de seguros, 58 vienen de la entidad portuguesa BPI y 12, de participaciones.
El consejero delegado defendió la necesidad de acometer estos despidos con un acuerdo rubricado con los sindicatos, «no contemplo otro escenario», aunque también advirtió de que, si no se materializara el expediente de forma consensuada «estarían en riesgo no 8.000 empleos, sino los 43.000 restantes de la entidad, y eso no nos lo podemos permitir por el bien de todos». Por ello, el directivo no descartó del todo una decisión unilateral. «Nosotros vamos a escuchar todas las voces, todas las críticas y también las sugerencias. Pero al final tendremos que tomar las decisiones que pensamos que serán las mejores para la entidad». También recordó que no llevar a cabo este ERE «no es una opción», como tampoco «alargar la agonía tres o cuatro años, y no quiso hacer estimaciones sobre el coste que va a suponer el ERE para el banco «porque son asuntos que se están negociando sobre la mesa».
Al ser cuestionado por las quejas formuladas por la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y a las que posteriormente se sumaron otros ministros, sobre que iban a exigir que se «minimizaran» los despidos –que en CaixaBank afectarían a casi 8.300 trabajadores, con 7.791 salidas y la reubicación de otras 500 personas en filiales de la entidad–, Gortázar se mostró conciliador. «No contemplo otro escenario que no sea un acuerdo».
Respecto a las críticas a la subida de sueldos de los directivos y al reparto de bonus, que la propia Calviño tachó de «inaceptables», el CEO de CaixaBank volvió a reiterar «máximo respeto» con las opiniones que pueda tener el Gobierno, pero recordó que es «un tema extraordinariamente reglamentado» y que son decisiones que aprueba el Consejo de Administración y se llevan a la Junta de Accionistas.
El consejero delegado advirtió también que los tipos de interés van a seguir negativos «durante muchos años», pero recalcó que «no es voluntad del banco» cargar esta situación a los clientes con nuevas comisiones.
La entidad ganó 4.786 millones de euros en el primer trimestre gracias a los efectos contables de la fusión con Bankia