Nadal va a más
Su juego y su saque crecen en Madrid. Derrotó a Popyrin para llegar a cuartos
La carta de presentación del australiano Popyrin en el primer partido que jugaba contra Rafa Nadal fue ganarle siete puntos seguidos: un juego en blanco al saque y un 0-40 a continuación, tres pelotas de break. Y de qué manera, además, lo logró, utilizando sus 196 centímetros para meterse en pista y sumar ganadores con la derecha y el revés. Pim, pum. «No la pude tocar», admitió después el manacorense. No se sabe qué hubiera pasado si Popyrin hubiera conseguido la rotura, lo que se sabe es que no la logró y a partir de ahí el español empezó a dar la vuelta a la situación para terminar venciendo por un doble 6-3. Quizá era cuestión de adaptarse a un tenista al que nunca se había enfrentado, de ir viendo, como dijo el número dos del mundo, lo que su oponente hacía mejor y peor. Los golpes de Rafa poco a poco le fueron haciendo daño. El efecto diabólico que da a las bolas hizo mella en el gigante «aussie», al que le empezó a costar más encontrar posiciones cómodas en las que atacar, tan detrás de la línea de fondo, donde le metía el balear. El hueco que encontró el zurdo, además, fue en el segundo saque de Popyrin. El primer servicio es una piedra, difícil jugar contra él y ser dominador, pero con el segundo sí le lograba quitar la iniciativa, le restaba profundo pese a que se colocaba muy atrás y a partir de ahí era más sencillo, a Popyrin se le saltaban los planes por los aires y empezaba a fallar y a tener cierto descontrol. Le rompió el saque dos veces seguidas y le desesperó en todo, hasta en el tiempo que tardaba en ponerse a restar cuando el australiano ya estaba preparado en el servicio. Se quejó por ello al juez de silla.
No entró bien al segundo set el joven jugador y Rafa no suele dejar escapar esas oportunidades. Ganó su juego de saque el zurdo y rompió en blanco después para afrontar el parcial con una buena ventaja en el marcador que le permitió estar cómodo. Todavía le quedaban ataques de calidad a Popyrin, que juega a saco, dos dentro, tres fuera, pero contra el rey de la tierra hace falta más consistencia, justo la que va cogiendo él en todos los sentidos.
Como lleva pocos partidos este año, le falta algo de rodaje a Rafa, pero se va puliendo. En Montecarlo no sacó bien y se puso con su equipo a estudiar los motivos. «El tiempo sin competir, algunos vicios que coges... Pero ya he recuperado el ‘a,b,c’, la tranquilidad y las rutinas para hacer el gesto con calma y creo que he dado pasos adelante», explicó. Contra Popyrin, sacó mejor cuando más apurado estaba. Su derecha también está haciendo daño a los rivales y cogiéndole mucho bote. Se le ve fresco por la movilidad que tiene en pista. «Cada vez la tónica es más de partidos buenos que regulares», admitió. En los cuartos de final le espera Zverev para seguir creciendo.