«LA LEGISLATURA COMIENZA AHORA»
LaLa frasecita en cuestión admite varias interpretaciones, algunas, incluso, demoledoras para la imagen de Pablo Iglesias, pero, tomada en el sentido más literal posible, viene a decir que si hasta ahora no se ha podido llevar a cabo la acción acción de gobierno, por la pandemia y esas zarandajas, ya están listos para poner en marcha la máquina infernal que fabrica las políticas de izquierda. O dicho de otro modo, van a freír a impuestos a las clases medias y a los pequeños y medianos empresarios, obviando que los grandes caladeros fiscales se hallan en trance de colapso, esquilmados por la sucesión de crisis. La única ventaja es que podremos hacer turismo e ir cómodamente en coche los de siempre, los ricos, vamos, y no esos obreros venidos a más, incluso, qué horror, inmigrantes, que atestan las autovías con sus automóviles contaminantes, se amontonan en los chiringuitos playeros y estorban cuando toca hacerse un selfie en una de esas callejuelas coquetas y ¿solitarias? de la Lisboa antigua y señorial. Tiene que deberse a una de esas maldades de la plutocracia que en cuanto se generalizan los pequeños lujos de la vida –viajar por placer, desplazarse en el vehículo propio, tomarse unas gambas frente al mar (lo de los berberechos ha quedado para fachas, que no es el caso)– nos llegue un gobierno de izquierdas, naturalmente, verde, progresista y feminista, dispuesto a salvarnos de nosotros mismos y con unas propuestas de vida que se traducen en que hay que comprarse un Tesla de 50.000 euros, que no sólo puede circular por el Madrid Central, sino que ni siquiera paga la ORA. Esto, claro, para salvar el planeta. Van a crujir a impuestos, directos, indirectos, verdes y mediopensionistas, a unas gentes que ya hacen el mayor esfuerzo fiscal de entre los países de la OCDE y que han visto como caía su masa salarial año tras año. A unos gobernados que tienen que destinar más de la mitad del sueldo a costearse la vivienda y que, en invierno, se las ven en figurilla para pagar la calefacción. Sí, la legislatura comienza ahora. Para echarse a temblar.