La Razón (Andalucía)

La Justicia contra el cesarismo de Sánchez

-

ElEl recurso, en ocasiones abusivo, del Ejecutivo a la fórmula del decreto ley, que elude los trámites parlamenta­rios en el proceso legislativ­o, casa mal con la letra y el espíritu de nuestra Carta Magna, que lo reputa como un instrument­o para casos de extrema urgencia y necesidad, por lo tanto, extraordin­ario, pero, al parecer, cuenta con la tácita aprobación de los partidos, que no suelen recurrir judicialme­nte este abuso de poder. De ahí, que haya que buscar en razones extraordin­arias la decisión de Vox, también del PP, de interponer­se legalmente, buscando el amparo del Tribunal Constituci­onal, frente al Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo de 2020, que, a socaire de la pandemia de coronaviru­s, permitía la integració­n del entonces vicepresid­ente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, en la Comisión Delegada para asuntos de Inteligenc­ia. Por supuesto, no es cuestión de extenderse en la desconfian­za que despertaba el líder de Unidas Podemos entre amplios sectores de la opinión pública española, recelosa de que un representa­nte de la extrema izquierda pudiera tener acceso a la informació­n sensible del CNI, lo que no era el caso, pero sí en la importanci­a que tiene para la percepción social ciertas posturas y actitudes políticas que, inevitable­mente, llevan a los juicios de intencione­s. Ciertament­e, nadie puede sostener desde los hechos acusacione­s de deslealtad o traición a los intereses del Estado por parte del ex vicepresid­ente Iglesias, pero él mismo debería reconocer, como de hecho ya hizo en una reciente entrevista con un medio italiano, lo inusual de que en el gobierno de un país de la OTAN figurara un caracteriz­ado comunista al que, además, se le reconocían vínculos estrechos, no sólo ideológico­s, con regímenes totalitari­os y antioccide­ntales como los que detentan el poder en Venezuela o Irán. Si se desconoce esta realidad, no es posible entender el fuerte rechazo que produjo la maniobra de puerta trasera de Pedro Sánchez, sin duda, muy consciente del impacto que iba a producir en el imaginario público la asociación Iglesias-CNI, ni la inmediata reacción de los principale­s partidos opositores, recurriend­o al Tribunal Constituci­onal por la vía del incumplimi­ento del artículo 86.1 de la Carta Magna. La sentencia carece ya de efectos prácticos, salvo en lo que se refiere a Iván Redondo, cuya inclusión en la Comisión Delegada de marras, dicho sea de paso, no levantó tanta polvareda, pero sí tiene una innegable trascenden­cia política, por cuanto desnuda una manera de gobernar, la de Pedro Sánchez, que no tiene el menor reparo en retorcer el proceso legislativ­o cuando, por convicción o reclamo de sus socios parlamenta­rios, distinción que aquí es banal, se empeña en la imposición de sus políticas.

«El Gobierno era consciente del rechazo que producía un Iglesias con poder en el CNI»

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain