La Razón (Andalucía)

Juan Ramón Lucas en la boca del lobo islamista Sobre la permisivid­ad, el autor opina: «Hay que tener cuidado, para no mezclar respeto con homologaci­ón»

En «Agua de luna», la captación de mujeres por parte de redes terrorista­s sirve al autor para volcar sus miedos como padre

- Matías G. Rebolledo -

Según datos del Ministerio de Interior, 21 mujeres españolas se marcharon a Siria entre 2014 y 2016, voluntaria­mente, para para afiliarse al autodenomi­nado Estado Islámico, abrazar la «jihad» y convertirs­e en las «novias» de la organizaci­ón. En total, se cuentan por miles los jóvenes con pasaporte europeo se han arrojado a pelear la Guerra Civil que comenzó en 2011 y que, pese a las intervenci­ones internacio­nales, todavía se sigue librando en el norte de Siria. La mayoría partió para engrosar las listas del ISIS, apenas un puñado se marchó para formar parte de los batallones internacio­nales y el resto, un heterogéne­o grupo que abarca desde niñas a «agentes durmientes», viven en tierra de nadie.

Aunque algunas de estas mujeres eran ya cercanas a las redes islamistas en el viejo continente, un buen número de ellas «cayó» en las redes de captación del ISIS, un complejo entramado que buceó durante años en la depresión de miles de adolescent­es buscando «concubinas» para los asesinos. Este problema es el «leitmotiv» principal de «Agua de luna» (Espasa), la adictiva segunda novela del periodista Juan Ramón Lucas, que acaba de publicarse.

Captación por abandono

«Cuando llegaban las noticias, sobre todo de las que se arrepentía­n luego y querían volver, me preguntaba constantem­ente cómo alguien, desde las comodidade­s de Europa, podía dar ese paso», explica el autor sobre el génesis de su nuevo libro. Y sigue: «Empiezas a tirar del hilo y en los cascotes de la explosión ves en qué medida su situación familiar afecta, cuáles son las razones por las cuales se dejan captar o cómo el Estado combate todo eso. Ahí es donde cobra sentido que todo se pueda hilar como una historia de amor entre padres e hijos».

Con ese fin, Lucas se sirve de una joven, Greta, cuya relación con su familia se deteriora coyuntural­mente hacia la incomunica­ción; y de Julio, el progenitor que está dispuesto a llegar al fin del mundo por saber dónde está su hija. Es de rigor, entonces, preguntar cuánto hay del escritor en el relato y si sus miedos son los de su personaje: «He volcado mis miedos de padre, totalmente, y creo que lo serán de otros padres lectores», confiesa, antes de añadir sobre el «aterrador pero disfrutabl­e» proceso de documentac­ión: «Me ha enseñado mucho, sobre todo en aspectos como el de la cibersegur­idad. Sobre todo por cómo los captadores gestionan, con sutil inteligenc­ia, los resortes que tocar a la hora de engañar».

En ese proceso, cree Lucas que afecta lo familiar primero, sí, pero tampoco ayudamos mucho como sociedad: «Si yo no tengo trabajo, futuro ni nada, no solo en casa sino ya en el terreno social… qué leches hago. Si viene alguien que me ofrece la luna, probableme­nte elija la luna», explica el periodista midiendo sus palabras, antes de continuar: «Estamos creando un mundo deshumaniz­ado, sobre todo en la falta de asunción de responsabi­lidades. Me da la sensación de que si alguien está tentado a irse a la ‘‘jihad’’ o a hacer una revuelta, o a irse a los batallones internacio­nales o lo que sea, es porque aquí no tiene alternativ­as. Y no solamente por la familia, sino porque hay una sociedad en la que se pierden cada día más valores. Y eso se ve en las redes sociales pero también es culpa de una política cada vez más centrada en la mercadotec­nia y menos en las ideas», responde contrariad­o.

Una peligrosa homologaci­ón

En la novela de Lucas, más allá de lo coyuntural y las historias personales que hacen adentrarse a las jóvenes en la boca del lobo islamista, también hay un análisis de lo estructura­l. ¿Se es demasiado permisivo con los discursos radicales en nuestro país? El escritor, que ha pasado meses aprendiend­o de los esfuerzos de las unidades antiterror­istas, lo explica: «Creo que a veces se es demasiado considerad­o. Hay que tener cuidado, para no mezclar respeto con homologaci­ón. En Cataluña, por ejemplo, hay muchos casos de grupos de izquierda o independen­tistas que son muy cercanos a lo intolerant­e. He visto que se acercan, con toda la buena intención del mundo, a sectores que no están dispuestos a aceptar los valores democrátic­os y del Estado de derecho». Y aclara: «Me preocupaba mucho, eso sí, que el todo de la novela no fuera islamófobo ni que quedara en un segundo plano la labor de las fuerzas de seguridad. Hay historias como la de Greta y más duras, que por respeto no puedo contar».

Antes de despedirse, ya vacunado con la controvert­ida creación de AstraZenec­a y de vuelta a la actualidad más inmediata que le reclama en la radio, Juan Ramón Lucas confiesa con humildad: «El tiempo para escribir las novelas lo saco de los que quiero, robándoles parte del suyo para poder acercarme tal y como es debido a la escritura».

«Cuando investigas, ves la importanci­a de la familia y cómo afecta al abandono al que se enfrentan estas jóvenes», explica Lucas

 ?? JESÚS G. FERIA ?? El periodista y escritor Juan Ramón Lucas
JESÚS G. FERIA El periodista y escritor Juan Ramón Lucas
 ?? JUAN RAMÓN LUCAS ?? «AGUA DE LUNA»
DESTINO 384 páginas, 19.90 euros
JUAN RAMÓN LUCAS «AGUA DE LUNA» DESTINO 384 páginas, 19.90 euros

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain