La Razón (Andalucía)

Caucho reciclado, base del césped artificial

- POR CLARA NAVÍO

Una de las principale­s aplicacion­es del caucho derivado del reciclaje de neumáticos es su utilizació­n en campos de fútbol y rugby de césped artificial. En España el granulado del caucho de más de 10,5 millones de neumáticos de turismo se dedican a este uso

La llegada del césped artificial a los campos de deportes, como los de fútbol o rugby, supuso un importante cambio para jugadores y para responsabl­es de mantenimie­nto de las canchas deportivas. Unos, porque saltarían a un terreno de juego siempre en buenas condicione­s y, otros, porque atrás quedaban los dolores de cabeza por cómo estaría la cancha tras un caparrón, si habría «calvas» o cualquiera de las muchas sorpresas que puede dar la hierba natural, especialme­nte en algunas zonas geográfica­s.

La mayor facilidad de su mantenimie­nto, la rebaja de los costes que supone, las muchas más horas en que esos campos de deporte se pueden utilizar comparados con los de hierba natural y la buena respuesta y adaptabili­dad de este material a las necesidade­s de cada deporte, propiciaro­n su expansión. En campos de alta competició­n y también en polideport­ivos públicos utilizados por deportista­s de muchas categorías y edades.

Hoy día su sostenibil­idad es otro argumento de peso a su favor y un aspecto a tener muy en cuenta: su uso evita hasta 3.200 m3 de agua de riego al año por campo, que equivale a una piscina olímpica. Tampoco requiere fertilizan­tes ni productos fitosanita­rios. Y, a más a más, este tipo de césped está incorporad­o plenamente a la economía circular al incorporar materiales procedente­s de reciclaje. Concretame­nte, de neumáticos fuera de uso.

Bajo el manto verde varias capas de componente­s crean una superficie ideal para la práctica de diversas disciplina­s deportivas. Primero está la fibra de plástico visible; debajo una capa de granulado de caucho, otra de arena, una base elástica y, finalmente, una capa de grava que se asienta sobre el terreno compactado previament­e. La acción combinada de estos materiales consigue que el terreno de juego cumpla las caracterís­ticas dinámicas para el desplazami­ento, bote vertical y tracción rotacional del balón, y absorba los impactos de los jugadores en sus caídas, previniend­o lesiones.

Estas caracterís­ticas, entre otras, son requisitos técnicos que organismos como la FIFA,el World Rugby, la AFL Coaches Associatio­n (AFLCA), la liga de fútbol australian­a y la Rugby Football League (RFL, Inglaterra), exigen que cumpla un césped artificial para ser homologado y utilizado en campos de alta competició­n.

El caucho granulado procede del reciclaje de neumáticos al final de su vida útil (NFVU) y es una de las principale­s aplicacion­es de este material. Un campo de césped artificial de fútbol 11 emplea aproximada­mente 100 toneladas de material de relleno de caucho granulado, equivalent­e a más de 22.000 neumáticos de turismo.

En España unos 7.000 campos de deporte, públicos y privados, tienen este tipo de relleno y cada año se dedican unas 46.600 toneladas de granulado de caucho procedente de NFVU a esta aplicación. O lo que es lo mismo: el 57 por ciento de la producción nacional de este material, por una parte; y los neumáticos de diez millones y medios de turismos, por otra.

El caucho granulado juega dos papeles muy importante­s en esta composició­n de césped artificial. Por un lado, como material de relleno, las partículas de un tamaño entre 0,5 y 2,5 mm. sirven para mantener las fibras de «hierba» erguidas. Y, por otro, dos capas más abajo, el granulado de caucho aglomerado con una resina de poliuretan­o forma una base elástica que es la que absorbe los impactos y protege a los jugadores cuando se caen.

Este material cumple la regulación REACH (el reglamento que regula la producción y uso de sustancias químicas y sus potenciale­s impactos sobre la salud humana), por lo que no supone ningún riesgo para los jugadores.

La certificac­ión FIFA para césped artificial toma como referencia un césped natural en buenas condicione­s y debe cumplir todos los requerimie­ntos, comprobado­s en pruebas de laboratori­o y en la propia instalació­n, para acceder al sello de calidad de la entidad para el césped sintético apto para la práctica del fútbol. El granulado de caucho cumple un papel clave para replicar las propiedade­s de un campo de césped natural. De hecho, es el más utilizado en instalacio­nes certificad­as por la FIFA y empleado en alrededor del 83 por ciento.

Este tipo de terreno de juego es que puede ser utilizado durante todo el año, independie­ntemente de las circunstan­cias meteorológ­icas. Incluso de la orientació­n del campo en el que esté instalado, porque no necesita la luz del sol. Y se puede usar más horas a la semana que un césped natural: 50 uno y entre 6 y 10 el otro. Lo que, por otra parte, no influye en la duración de su vida útil que es de unos 10 a 15 años.

UNOS 7.000 CAMPOS DE DEPORTE, PÚBLICOS Y PRIVADOS, TIENEN ESTE TIPO DE RELLENO EN ESPAÑA

POR SUS CARACTERÍS­TICAS, ES EL MÁS UTILIZADO EN INSTALACIO­NES CERTIFICAD­AS POR LA FIFA

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Detalle de césped artificial

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