Futuro incierto
Laporta y Koeman comieron ayer, pero aún no se ha decidido si el entrenador holandés va a seguir la temporada que viene
¿Cuánto vale una Copa del Rey? Koeman ya aprendió en el Valencia que bien poco. Ganó una en un equipo que vivía una crisis de identidad y poco después, enfrentado con el vestuario, fue destituido ante el riesgo de descender. Dicen que Koeman aprendió mucho en aquellos días turbulentos en el banquillo valencianista y que si volviera atrás, haría las cosas de otro modo.
En el Barcelona vuelve a comprender que una Copa del Rey no va a calmar la impaciencia de un club que busca algo a lo que agarrarse y la Copa no es suficiente. Ayer, el entrenador holandés y Laporta se reunieron en un restaurante, con todo el mundo avisado y al salir, frente al pelotón de cámaras y flashes, no dijeron nada. Quisieron enmarcarlo en una reunión entre un presidente y su entrenador, como si no hubiese todo un mar de fondo respecto al futuro del holandés en el banquillo azulgrana la próxima temporada. El empate contra el Levante del martes y la victoria del Atlético el miércoles ha reflejado a un Barcelona que, excepto en la Copa, no ha competido en los momentos fundamentales de la temporada. La derrota en los octavos contra el PSG en Champions aún sigue doliendo.
Todo esto ocurre después que se haya conocido que Xavi, el hombre al que todos miran para el banquillo en un futuro no muy lejano, haya renovado con el Al Sadd qatarí hasta 2023, aunque todos son conscientes de que en cualquier momento, ese contrato puede romperse si el Barcelona y sólo el Barcelona muestra interés en fichar por fin al canterano azulgrana.
Xavi tiene el predicamento que no tiene Koeman. Aunque el holandés es el hombre del gol de la primera y mítica Copa de Europa del club catalán, el que rompió una barrera maldita, su gestión en el banquillo es defendida por unos, pero mal vista por otros. En la columna de a favor se pone que ha sabido mantener la estabilidad en el primer equipo cuando la institución ha vivido un año terrible, con elecciones urgentes y una crisis económica que todavía no ha mostrado sus peores consecuencias, de ahí el apoyo de Laporta al proyecto de la Superliga, en el que ve dinero rápido que tanto necesita para poder planear algo interesante.
Además, Ronald Koeman ha apostado por los jóvenes y ha convertido a Pedri en uno de los emblemas de lo que puede ser el nuevo Barça. Y, claro, ha conquistado la Copa del Rey, pese a que ha sido un año muy difícil por las bajas, sobre todo en la parte de atrás del equipo.
En su contra, que no ha dado la talla, que el camino en la Champions terminó demasiado pronto, por un partido horrible contra la Juve que llevó a una eliminatoria contra el PSG, en al que, en el primer choque, no se dio la cara. Después, sí, pero ya era tarde.
Ésa impresión, que en los momentos que había que dar la cara ni el equipo ni el entrenador lo han hecho, también pesa en la valoración del técnico. Se le echa en cara algunas decisiones en los partidos con las que ha tirado a los suyos atrás para defender un resultado, cuando en el Barça, y él lo sabe bien, eso es anatema.
Nadie le reprocha a Koeman el sacrificio de dejar la selección holandesa el año de Eurocopa y las horas que dedica al equipo. Pero eso puede no ser suficiente. Se acaba LaLiga y tocan cambios: puede que Koeman, pero también y sobre todo Messi.
A su favor, la apuesta por los jóvenes, estabilidad y la Copa. En contra, que no ha sacado el máximo rendimiento a la plantilla