D’Annunzio, contra el Duce

Novelista, poeta, dramaturgo, periodista, militar, político, y, ya casi al final, drogadicto, iracundo, lascivo, estrafalario y furioso. Primavera de 1936. El camisa negra Giovanni Comini acaba de ser ascendido al cargo de Federal, el más joven en Italia, y rápidamente deciden trasladarlo a Roma para encomendarle una extraña misión que, al cabo, cambiará paulatinamente su propia visión de la realidad en la que está sumergido: vigilar a Gabriele D’Annunzio (un notable Sergio Castellito), «exiliado» en un fabuloso palacio, para controlar los movimientos y acciones del escritor, que cada vez desconfía más de Mussolini, a quien le unía una ambigua y contradicsolo toria relación, y que teme sobre todo que decida aliarse con la Alemania nazi, lo que significaría la ruina para el país. Los meses se suceden, y lo que vaticinaba D’Annunzio toma cuerpo mientras el partido acosa a los enemigos del Duce y Comini entiende que el destino de está ya marcado. Entre el drama histórico y el biopic, aunque conozcamos al polémico protagonista durante sus últimos meses vivo, la película resulta en exceso encorsetada y fría. La poliédrica figura de D’Annunzio sigue siendo muy difusa para el espectador, que, tras ver el filme, tiene serias dudas entre sentir empatía o gritarle: «Te lo advirtieron».