La Razón (Andalucía)

Traoré es la diferencia

Es el único capaz de acelerar el juego de España y ya se entrena al cien por cien

- D. García -

Uno de los problemas que se encuentra España desde hace años es que su juego es demasiado previsible. En los años dorados era tan superior que seguía ganando, pero aún en esos años Luis Aragonés y Vicente del Bosque tenían recursos en el banquillo capaces de hacer cosas diferentes.

Luis encontró en Güiza un nueve distinto; Del Bosque recurrió a Jesús Navas y a Pedro para acelerar el juego cuando se atascaba. Era su manera de cambiar el estilo cuando a la Roja le costaba encontrar huecos en las defensas rivales. Futbolista­s sorprenden­tes capaces de salirse del guion de la circulació­n eterna de balón y del toque continuo.

Ese papel sólo lo puede desempeñar ahora Adama Traoré. «Es muy diferente a lo que tenemos, desborda como nadie en Europa. Me encantan muchas cosas de él, pero también tiene cosas a mejorar. Hasta ahora hemos tratado de desequilib­rar con la asociación, pero un jugador así te puede generar ventajas en otras partes del campo», aseguraba Luis Enrique en octubre del año pasado, cuando lo convocó por primera vez. «Ya habéis visto lo que es. Puro desborde. Los rivales tendrán que poner a cubrirle dos o tres jugadores, porque se tienen que proteger, y eso nos va a ayudar, creando superiorid­ades», reconocía después del debut de Traoré ante Portugal.

Por esos motivos le ha esperado Luis Enrique a pesar de que Adama ha estado apartado de los entrenamie­ntos de grupo durante gran parte de la concentrac­ión por culpa de una lesión que se produjo en el último partido de Liga con el Wolverhamp­ton, pero mantiene la ilusión intacta por debutar. El jueves, por fin, pudo completar el entrenamie­nto junto junto al resto de sus compañeros y estará disponible para Luis Enrique el sábado para enfrentars­e a Polonia.

El extremo español es pura potencia, un acelerador capaz de cambiar el ritmo de cualquier partido. Ideal para romper a equipos que se encierran en su área.

«Tiene mucha dificultad [jugar así]. Personalme­nte lo llevo viviendo estos dos años que llevo en París, se te cierran mucho y con la selección también tenemos posesiones largas y es difícil si tienen diez jugadores y el portero en su campo», explica Pablo Sarabia. «Calidad y ritmo de balón», es lo necesario para que se desordenen. «En la segunda parte la fatiga empieza a hacer efecto y empezamos a encontrar espacios», asume.

«Los extremos y el delantero son los jugadores que tienen que ser definitivo­s. Tienen que dar amplitud al campo sobre todo contra equipos replegados que tienen mucha gente detrás del balón y sacar centros o intentar llegar a gol con muchos jugadores para aumentar las posibilida­des», explica el extremo del PSG.

Traoré tiene cualidades para hacer eso, ensanchar el campo y aumentar las posibilida­des de llegar a gol. Pero los números dicen que le falta precisión. En la Premier esta temporada ha jugado 37 partidos, ha marcado dos goles y ha repartido sólo dos asistencia­s.

Ese es, probableme­nte, uno de los aspectos a mejorar a los que se refería Luis Enrique antes de hacerlo debutar.

Se ha cargado sobre Morata la responsabi­lidad del gol, pero dentro de la selección se le quita esa carga de encima. «La responsabi­lidad del gol es de todos, tanto en ataque como en defensa, marcamos todos y defendemos todos. Morata hizo esfuerzos defensivos que son para admirar», reconoce Sarabia.

España tiene que buscar la manera de encontrar el gol sin tener que exigírselo­s sólo al delantero y Adama Traoré es la opción más rápida para acercarse al área. Su entrada en el campo, además, puede liberar a Marcos Llorente para despegarse de la banda y hacer diagonales que le permitan llegar a gol como hace en el Atlético de Madrid.

El jugador rojiblanco es el otro que puede acelerar a España, pero en el lateral pierde peso.

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PABLO GARCÍA / RFEF Adama Traoré, en un entrenamie­nto

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