Ni Wimbledon ni Juegos
Renuncia para «alargar su carrera deportiva». Los avisos de su cuerpo y la cercanía entre la hierba de Londres y Roland Garros le han llevado a descartar dos de sus citas favoritas
Rafa Nadal no volverá a ser olímpico y tampoco estará a partir del lunes 28 en el All England Tennis Club para competir en Wimbledon. El ganador de 20 Grandes mira al corto y medio plazo y por eso ha decidido renunciar a los Juegos de Tokio y descartar su presencia en Londres. Está obligado con 35 años y el cuerpo castigado a cuidar su calendario al milímetro. Se trata de cuidar el físico lo más posible para prolongar su carrera y, muy a su pesar, se ha visto obligado a renunciar a dos citas que le apasionan y donde ya ha sido campeón.
Los algo más de dos meses de gira europea sobre tierra batida han llevado el cuerpo de Rafa al límite. Han sido 22 partidos, todos los que ha jugado esta temporada salvo los cinco del Open de Australia, con un balance de 19 victorias y tres derrotas. Levantó dos títulos (Barcelona y Roma), cayó en semifinales de Roland Garros ante Djokovic y en los cuartos de Madrid (Zverev) y Montecarlo (Rublev). Acudir a Wimbledon y Tokio no era lo más recomendable y así lo ha expuesto en un hilo en Twitter.
«Hola a todos. Quiero comunicaros que he decidido no participar en la próxima edición de Wimbledon que se disputará del 28 de junio al 11 de julio. Tampoco jugaré los Juegos Olímpicos previstos finalmente del 24 al 30 de julio. Es una decisión que nunca resulta fácil de tomar y tras escuchar a mi cuerpo y hablar con mi equipo entiendo que es la decisión acertada con el objetivo de alargar mi carrera deportiva y seguir haciendo lo que me hace feliz; competir al máximo nivel y seguir luchando por retos profesionales y personales al máximo nivel de manera competitiva». Y continúa: «El hecho de que haya sólo dos semanas entre Roland Garros y Wimbledon este año no ha ayudado a que mi cuerpo pueda recuperar de la siempre exigente temporada de tierra batida. Han sido dos meses de un gran esfuerzo y la decisión que tomo va enfocada al medio y largo plazo. En estos momentos de mi carrera como deportista, una parte importante es la prevención de cualquier tipo de excesos en mi cuerpo que pudieran impedir seguir luchando en el medio y largo plazo por los títulos».
Y finaliza diciendo: «Quiero mandar un saludo especial a todos mis fans en el mundo, a aquellos en el Reino Unido y en Japón. Los Juegos Olímpicos han significado mucho en mi carrera y siempre fueron una prioridad como deportista, donde encontré el ambiente que todo deportista quiere sentir al menos una vez en su carrera. Personalmente tuve la suerte de vivirlos intensamente en tres ocasiones y además ser el abanderado de mi país».
Rafa sólo quiere seguir sintiéndose sintiéndose competitivo y si para ello tiene que hacer un parón de casi dos meses para rearmarse no hay nada que discutir. Si todo se desarrolla con normalidad el siguiente gran desafío sería el Abierto de Estados Unidos, que empieza el 30 de agosto. Antes podría acudir a uno de los dos Masters 1.000 previos sobre pista dura que se disputan en Norteamérica: Toronto, a partir del 9 de agosto, y Cincinnati, una opción más factible desde el día 15.
La renuncia a Wimbledon está justificada por su cercanía con Roland Garros. Han pasado once años desde su última victoria en Londres, pero en sus dos últimas presencias alcanzó las semifinales: en 2018 perdió en cinco sets con Djokovic –10-8 en el quinto– y hace dos años cayó ante Federer en cuatro sets. Los últimos años no disputaba ningún torneo de preparación previo, pero... ha decidido frenar para no romperse. La baja en Wimbledon le hará perder 720 puntos y puede caer dos o tres puestos en el ránking de la ATP. Ahora es el número tres, pero Tsitsipas, Thiem y Zverev no están demasiado lejos. Tampoco ésa es una preocupación mayor para el balear. Se trata de seguir sano el mayor tiempo posible para poder seguir compitiendo.