La Razón (Andalucía)

Escocia apaga a Inglaterra

No encontró la manera de abordar a un rival muy ordenado y que no le dejó espacios. Decepciona­nte, otra vez, Harry Kane

- José Aguado -

Los nombres de los jugadores de la selección inglesa asustan y provocan que se considere al equipo de Southgate como uno de los favoritos para la Eurocopa y más cuando, se supone, los últimos partidos se jugarán en su casa. Puede que Inglaterra impresione a casi todos (por ejemplo a Croacia en el estreno del torneo, a la que no dejó respirar durante veinte minutos) pero eso no le dice nada a Escocia, su vecina y el rival contra el que históricam­ente más encuentros ha disputado, el rival con el que se estrenaron los partidos de seleccione­s. Es inferior técnicamen­te, pero no le falta carácter y personalid­ad. A Escocia, que Inglaterra aparezca con Mount, Sterling, Kane o Foden o que luego entren Grealish

o Rashford no le dice nada, no altera el rostro de los futbolista­s ni varía ni un ápice su plan. Vale, nosotros a lo nuestro.

Y lo suyo fue mantener a raya durante todo el partido al rival, sin apenas permitir una carrera y teniendo el balón el mayor tiempo posible cuando se podía. Y cuando no, mantenerse ordenada atrás. Contra eso, Inglaterra no mostró ninguna de sus virtudes: ni las carreras de Sterling o la habilidad de Foden, ni el estilo de Kane, que fue sustituido a quince minutos del final del encuentro, con empate a cero y sin haber dejado ni una pista de lo que es y del interés que despierta en los grandes de la Premier. Desconecta­do del resto del equipo, sin poder participar en el juego colectivo, porque ni descarga ni se puede dar media vuelta; y lejos también de la zona de remate. Tuvo uno, un cabezazo al que llegó muy forzado y apenas rozó. Tenía que ser uno de los delanteros decisivos y puede que no haya rematado a puerta en los dos primeros encuentros que ha disputado. Sólo Mount dejó algunos detalles, muy poquitos de lo que puede ser. Siempre buscando un desmarque de Sterling, pero sin resultado. Lo mejor de Inglaterra fue un cabezazo de Stones a poco de comenzar el partido y después de un saque de esquina. Tras un salto espectacul­ar y solo envió el balón al palo. Con unos pocos centímetro­s podía haber ido dentro e Inglaterra se hubiese ahorrado el mal trago de después, el de un partido que le dejó muchas dudas y que congela un poco la ilusión con la que comenzó la Eurocopa.

A Escocia le iba la vida en el choque y así se lo tomó. Tras perder con

Rashford se lamenta durante el partido de ayer en Wembley

tra la República Checa en la primera jornada, no podía cometer otro error, porque eso suponía despedirse automática­mente del torneo. Ese golpe de responsabi­lidad podía afectarle, pero ocurrió lo contrario: le dio seriedad y no se la quitó durante los noventa minutos del partido.

Se cerró bien atrás con dos líneas muy juntas y por ahí no había quien pasase. A cada minuto que pasaba, mas fuerte se sentía. Después salía muy rápido, como hacen las seleccione­s que tienen dos cosas muy claras: su inferiorid­ad y el plan para reducir lo máximo posible esa debilidad.

En la segunda parte, Inglaterra se fue desinfland­o, con sólo dos cambios, pero sin nuevas variantes. Fue más confusa que con criterio y Escocia vio algunos caminos hacia la portería rival. La ocasión más clara fue para los visitantes.

El empate no es malo para Inglaterra, la sensación... bueno.

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EFE

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