La Razón (Andalucía)

Más solidarida­d y menos dinero para cooperació­n en el año de la pandemia

El aumento del voluntaria­do en 2020 contrasta con el despido de un tercio de la plantilla de las ONGD, que la Coordinado­ra Andaluza achaca a los recortes en financiaci­ón pública

- POR MARTA MALDONADO

Naciones Unidas alerta de un «retroceso histórico»: la pandemia empujará a 71 millones de personas a la pobreza extrema

La pandemia del coronaviru­s ha golpeado a todo el mundo. Ningún país ha escapado a la covid desde que en diciembre de 2019 saltara el primer caso en la ciudad china de Wuhan. Desde aquel «paciente cero» ha transcurri­do un año y medio y las consecuenc­ias de la crisis sanitaria han derivado en una crisis social sin precedente­s desde la II Guerra Mundial, cuyo alcance todavía tardará en emerger totalmente.

En su Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2020, las Naciones Unidas alerta del desigual impacto de la enfermedad no solo entre países, sino dentro de un mismo país, golpeando con especial virulencia a la población vulnerable. Su secretario general, António Guterres, expone que la covid «ha exacerpers­onas bado las desigualda­des e injusticia­s existentes». En esta línea, advierte sobre los grupos más afectados: «En todo el mundo, los jóvenes sufren los efectos de manera desproporc­ionada, en particular en el mundo laboral. Las mujeres y las niñas se enfrentan a nuevas barreras y amenazas, que van desde una pandemia de violencia en las sombras hasta las cargas del trabajo de cuidados no remunerado».

Un panorama que corrobora la Coordinado­ra Andaluza de las ONG de Desarrollo (ONGD) en su informe 2020, donde recoge el trabajo realizado por 62 de las entidades que la integran. Ante «un año muy exigente», las entidades reconocen que tuvieron que «multiplica­r esfuerzos para dar respuesta a las necesidade­s básicas y la garantía de los derechos humanos y sociales». La crisis ha aflorado la vena solidaria en la comunidad: el voluntaria­do andaluz aumentó un 28% (10.382 frente a las 8.077 colaborado­ras de 2018, el último año del que se ofrecen datos); y se fortaleció el apoyo con cuotas de socios con casi cuatrocien­tas mil, un 14% más. Sin embargo, las plantillas de las ONGD se redujeron de manera drástica, perdiendo uno de cada tres trabajador­es de Andalucía, pasando de 1.851 a 1.180 (un 36,3% menos), que achacan a los recortes de la financiaci­ón pública.

Pese a ello, su labor repercutió en cinco millones y medio de personas de 48 países, principalm­ente en África Occidental, Centroamér­ica y Caribe y América del Sur. Las personas a las que van destinadas estas acciones son mayoritari­amente mujeres (3,3 millones el 60,72%), un porcentaje que consideran «reflejo de la feminizaci­ón de la pobreza y la desigualda­d a nivel internacio­nal». En total, se desarrolla­ron 477 proyectos de las ONGD, con una inversión de 89,5 millones. La gestión de estos fondos está encabezada por Solidarida­d Internacio­nal de Andalucía (9,6 millones de euros), Medicus Mundi Sur (8,9) y Madre Coraje, con 7,9 millones de euros. El balance resalta que el ODS 5, referido a la igualdad de género, estuvo presente en el 59% de las intervenci­ones. Las vinculadas a la salud (ODS 3) representa­n el 44%; la erradicaci­ón de la pobreza (ODS 1) figura en el 35%: mientras la lucha contra el hambre (ODS 2) lo hizo en el 33% de los proyectos y la apuesta por promover sociedades justas, pacíficas y con institucio­nes sólidas (ODS 16) se incluía en el 32% de los proyectos. Esto se tradujo en que el ODS 5 lidera también el mayor volumen de fondos, con 46,7 millones de euros. La lucha contra el hambre aglutinó una inversión de 32,7 millones; y la salud 29,7 millones de euros. La mayoría de la población destinatar­ias vive en África Occidental, el 40,7% (2,2 millones de personas) y se invirtiero­n 21,3 millones en 86 proyectos; seguida de Centroamér­ica, con casi 900.000 personas y 108 proyectos por 18,7 millones.

Más lejos de la Agenda 2030 Las Naciones Unidas apunta a un retroceso social histórico. Las proyeccion­es indican que la pandemia «volverá a empujar a 71 millones de personas a la pobreza extrema», el primer aumento de la pobreza mundial desde el año 1998». De ellas, muchas son trabajador­es de la economía informal cuyos ingresos cayeron en un 60% en el primer mes de la crisis de la covid-19 y apunta a una probable reversión de los avances en la reducción del trabajo infantil a nivel mundial por primera vez en 20 años. Antes de la pandemia, la ONU reconoce que «no estábamos bien encauzados para cumplir con los Objetivos para el año 2030», cuya «Década de Acción» comenzó precisamen­te en 2020.

La mayor parte de los proyectos de la CAONGD en 2020, el 52%, se financiaro­n, al menos parcialmen­te, con fondos propios, destaca el resumen anual. La cofinancia­ción pública estuvo liderada por la Agencia Andaluza de Cooperació­n Internacio­nal para el Desarrollo, dependient­e de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliaci­ón, que respaldó el 37% de las acciones. Entidades socias locales en los países de ejecución aportaron fondos a 163 proyectos (el 34%) y entre organismos públicos destacan los ayuntamien­tos de Málaga (25 proyectos), Córdoba (23) y Sevilla (19). En Andalucía, se desarrolla­ron 340 proyectos, centrados en la educación para el desarrollo y la acción social, con una inversión de 19,6 millones de euros y casi 400.000 participan­tes.

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EP Mujeres senegalesa­s participan­do en uno de los proyectos de la ONGD Fundación Musol

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