¿Hay que informar o censurar del «fraude»?
Las grandes cadenas, incluida la Fox, desconectan los directos de la Casa Blanca si denuncian irregularidades sin pruebas
En 2016, cuando Donald Trump ganó las elecciones, se volvió parte de la cultura popular global clamar que los medios de comunicación difundían «fake news». Esa corriente se contraatacó en las redacciones con otro término ya bien asumido por parte de la opinión pública, el «factchecking». El problema es que la inmediatez, las retransmisiones en directo y la fuerza de un buen titular amplifican un mensaje que los verificadores de información apenas consiguen frenar. «Wow, wow, wow, creo que debemos ser muy claros», interrumpió el presentador de Fox News, Neil Cavuto el lunes por la noche. La rueda de prensa de la se- cretaria de prensa de la
Casa Blanca, Kayleigh McEnany, pasaba a estar silenciada y a un segundo plano. «Está acusando a la otra parte de dar la bienvenida al fraude y a los votos ilegales. A no ser que tenga más detalles para respaldarlo, no puedo mostrar esto con buen semblante», exponía el presentador Neil Cavuto, para quien las aseveraciones eran demasiado explosivas como para no acompañarlas de pruebas solventes: «Si aporta evidencias, por supuesto que volveré a conectar».
Cadenas «rivales» como CNN recogieron ayer la gesta de Cavuto. Y es que se ha generado un amplio debate –externo e interno– sobre si informar o censurar las graves acusaciones que socavan el sistema democrático estadounidense. Es la segunda vez que, en esta semana trepidante tras las presidenciales del 3N, se corta una rueda de prensa desde la Casa Blanca. La primera fue el jueves por la noche, cuando el propio presidente Trump manifestó que «si se cuentan los votos legales, puedo ganar fácilmente, pero si se cuentan los ilegales, pueden intentar robarnos las elecciones» y comenzó a detallar supuestos fraudes orquestados por la maquinaria demócrata en diversos puntos del país. La versión local de Fox en Florida cambió abruptamente de asunto después de haber estado más de media hora conectando con la sala de prensa de la Casa Blanca a la espera del mensaje de mandatario. Las cadenas ABC, CBS y NBC también se mostraron tajantes a nivel nacional e interrumpieron la emisión.
«Tradicionalmente, cuando un presidente dice algo, se considera una noticia digna», explica a LA RAZÓN Eric Rothenbuhler, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad Webster. «Trump a menudo ha sido muy exitoso en explotar la necesidad de los medios de informar para su propia ventaja, utilizándola como un canal abierto para sus opiniones personales y tácticas políticas», resume Rothenbuhler.
En Fox sí se escuchan voces estos días que opinan que se debe esperar al recuento al 100% o que apoyan que Trump aún no reconozca la derrota, pero siempre que haya capacidad de réplica o quede claro que es una valoración personal. Varios presentadores de Fox News han recibido amenazas por parte de trumpistas a través de redes sociales, emails y llamadas caldeadas, según han contado dos trabajadores de la cadena a «The Washington Post».
El presidente sembró la duda cuando comenzó la pandemia de coronavirus y sus fieles la han recogido. En las calles de Miami no es difícil hallar a negacionistas de la victoria de Biden. Todos guardan un arsenal de vídeos en su móvil o comparten audios que demuestran que hubo un «tremendo fraude». Tampoco hay que olvidar la enorme campaña que ensombreció el proceso electoral anterior ante las acusaciones de injerencia extranjera por parte de Rusia. «Por fin hemos logrado expulsar a Putin, el 45º presidente de EE UU», bromeaba el sábado un demócrata en la celebración de Biden en el centro de Miami.El uso de mascarillas, la fortuna de Trump o el socialismo de Biden. Todo en EE UU se cuestiona estos días. Para Rothenbuhler, «los periodistas tienen la responsabilidad de no informar sobre falsedades. Al continuar brindándole un canal en el que acusar sin control se corre el riesgo de socavar la fe en las elecciones y, por lo tanto, la legitimidaddel próximo gobierno». En este sentido, algunos medios han optado por la táctica de «informar brevemente sobre lo que afirma, aportar datos y contexto adicionales, y a la vez evitan brindarle tiempo en vivo para hacer sus afirmaciones des controladamente ». En cuanto al giro de Fox, cadena favorita del presidente Trump y con la que ha mantenido una estrecha y especial relación estos cuatro años, en los círculos mediáticos se achaca a que el magnate de los medios y propietario de la cadena Rupert Murdoch predijo hace semanas que el mandatario no saldría reelegido.
Según Rothenbuhler, «los reporteros de Fox siempre han opera do independientemente delos programas de opinión en los que se basa la reputación del canal. Son esos programas de opinión los que han sido tan fuertes partidarios del presidente Trump». Al fin y al cabo «Fox News es una compañía con ánimo de lucro y apoyar a Trump ha sido bueno para los negocios, pero hay una transición en marcha y no pueden asociar su marca demasiado estrechamente con Trump cuando ya no esté en el cargo».
No obstante, el decano de Comunicación lamenta que «no solo los partidarios de Donald Trump, sino gran parte del público estadounidense ya ha perdido la fe en “los medios” como un monolito abstracto, aunque la mayoría sigue teniendo fuentes y canales en los que confía».