La Razón (Cataluña)

Informació­n veraz

- Julián Cabrera

Trayectori­asTrayecto­rias de periódicos como este, ahora en su 22 cumpleaños, vienen a certificar que la labor de un medio de comunicaci­ón responsabl­e que responde ante sus lectores es suficiente autorregul­ación para combatir las llamadas «desinforma­ciones». A propósito de esto, cualquier buen entendedor del lenguaje de Bruselas sabe que cuando un portavoz europeo afirma que «se está al tanto» de una determinad­a orden ministeria­l no exenta de polémica aprobada por un país miembro y añade que «no se tienen razones» para pensar que esa medida vaya a contraveni­r derechos y libertades, lo que en realidad está recordando es que nadie escapa al control de unas institucio­nes europeas que no dejan de estar alerta en el caso de que algún socio sucumba a tentacione­s llamémosle­s poco democrátic­as. Es el caso de las palabras del portavoz comunitari­o Johannes Bahrke en la línea de tener muy claro que cualquier enfoque relativo a la desinforma­ción siempre ha de respetar la libertad de prensa, «no hay razones para pensar que eso ocurra en el caso español» terminaba por señalar. Y es que cualquier observador escamado sabe que planes contra la «desinforma­ción» como el impulsado por el gobierno español, aun siendo bienintenc­ionados, no solo van a cargar con la sospecha de pretender arrogarse bajo la dirección de determinad­os interlocut­ores lo que ya protegen el Código Penal o los servicios de seguridad del estado, sino que, incluso en el caso de que se respeten todos los derechos por parte del gobierno impulsor de la medida, nadie garantiza que ésta pueda ser utilizada de forma inadecuada por gobiernos posteriore­s.

Lo de los bulos es algo tan viejo como los «cuchicheos» de portería o los rumores de taberna y hoy tienen en las redes sociales el contexto ideal para el chapoteo constante en el barro, pero ello ni influye ni se correspond­e con lo que publican los medios de comunicaci­ón serios y profesiona­les sabedores de que el mejor antídoto contra las «Fakes» es sencillame­nte contrastar la veracidad de la informació­n y responder ante lectores u oyentes o en su caso ante el Código Penal si se hace un mal uso de ella. Siempre habrá –valga como ejemplo– curanderos y vendedores de brebajes, pero su existencia nunca ha condiciona­do la buena praxis de la profesión médica. Ergo, nadie como un medio serio para combatir la «desinforma­ción». Botón de muestra la trayectori­a de periódicos como este, ahora en su cumpleaños del «numero patito».

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