Salud augura un escenario similar a la primera ola en los hospitales
Ya hay 1.000 pacientes en la UCI, 621 con covid, que obligan a desprogramar, y se baraja llegar a 1.300
Cataluña se prepara para revivir una embestida del calibre de la primera ola en los hospitales. El departamento de Salud actualizó ayer la previsión de ingresos en la UCI y supera con creces el peor de los escenarios que había dibujado: 770 pacientes con covid grave ingresados la primera semana de febrero. En estos momentos, ya hay mil pacientes en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales catalanes, 612 con coronavirus. Y el ritmo de los ingresos hace prever que en las próximas semanas se puede llegar a 900 enfermos con coronavirus grave y 1.300 camas de críticos ocupadas. Es el escenario que dibujó el director del CatSalut, Adrià Comella, en la rueda de Prensa conjunta de Salud e Interior para analizar la situación epidemiológica de la pandemia en Cataluña. Comella no se ha andado con rodeos. «Vamos hacia un escenario en los hospitales muy duro. Esta ola asistencial no tendrá que ver nada con la segunda ola, se va a parecer más a la primera ola», auguró.
¿Y qué pasó en la primera ola? Además del impacto físico y emocional que aún arrastran algunos profesionales sanitarios, se suspendieron de un día para otro las operaciones y consultas no urgentes. Ahora, los hospitales tienen más experiencia. «Estamos mejor dotados – hay más camas de críticos, más batas y respiradores, por ejemplo–, los equipos médicos tienen más experiencia sobre como tratar el coronavirus y su capacidad de respuesta es mejor que hace un año, pero el sistema sanitario tiene un límite y si el volumen de ingresos crece, la actividad asistencial se resentirá», advirtió Adrià Comella.
Con más de 600 pacientes en la UCI, ya se ha empezado a desprogramar actividad ordinaria no urgente para hacer un hueco a los pacientes covid y liberar anestesistas, enfermeras y otras especialidades para atender a una sola patología. El ajuste de la actividad hospitalaria es distinta según el territorio, pero «grosso modo», Adrià Comella calcula que ya se ha desprogramado entre un 10 y un 15% de la actividad.
«Nuestro objetivo es mantener al máximo la actividad no covid», admitió el director del CatSalut, pero lo cierto es que los hospitales, pese a hacer auténticos malabares, no llegan a cubrir toda la demanda.
Aunque el último parte epidemiológico constata que la velocidad velocidad de transmisión baja ligeramente, el ritmo de los ingresos sigue al alza y la presión se nota, sobre todo, en intensivos. La Rt se sitúa en 1,07, esto se traduce en que el virus empieza a contraerse y no sigue en expansión como hasta ahora. El riesgo de rebrote baja otro poco, hasta 664 puntos, igual que el porcentaje de test –PCR y antígenos– positivos, que se queda en un 8,63%. En las últimas horas, se han diagnosticado 4.431 casos positivos.
Pero todavía queda mucho camino por recorrer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) da por controlada la pandemia con un 5% de positividad y deja de ver riesgo cuando el índice de rebrote baja de 100. Has bastado diez días para que las nuevas restricciones –confinamiento municipal, cierre de gimnasios y de comercios los fines de semana–, contengan los contagios. Pero la consellera de Salud, Alba Vergés, no esconde que Cataluña se sitúa en «un momento complicado». «Necesitamos bajar el ritmo», insistió. Porque si bien hay una pequeña mejora de la curva epidemiológica, queda por ver cuál será el impacto de la variante británica.
La desprogramación de la actividad hospitalaria no urgente ya es de entre el 10 y el 15%