La Razón (Cataluña)

Una plantilla bajo sospecha

El Alcoyano explicó el porqué del adiós a las rotaciones de Zidane, al que su once tipo no le da para todas las competicio­nes

- José Manuel Martín -

Después del partido ante el Alcoyano se entiende mucho mejor por qué Zidane había reducido al mínimo necesario las rotaciones. De repartir mucho los minutos, el técnico pasó de repente a contar con once jugadores fijos y no usar más de tres cambios en cada encuentro. «Es un momento puntual», insistía, pero ese estado de excepción se iba alargando en el tiempo. Sólo la Copa del Rey le hizo cambiar de planes y ahí está el resultado. Por mucho que entraran cuatro titulares a intentar solucionar el desastre, es cierto que los que iniciaron el choque en Alcoy no supieron meter el ritmo y la intensidad suficiente­s para derrotar con claridad a un Segunda B. La plantilla está coja y cada vez más bajo sospecha.

Zidane insiste en que sus futbolista­s son siempre los mejores y que cuenta con todos. La realidad es distinta y se vio en El Collao. El francés no puede confiar en futbolista­s que fueron esenciales con unos años menos y tampoco le responden los jovencitos. Marcelo ha sido durante muchas temporadas el mejor lateral izquierdo del mundo y ahora, sencillame­nte, el físico no le da y sólo le salva su calidad. Quiere, lo intenta y se implica con el brazalete de capitán puesto, pero está un poco como el Madrid, que nada le sale bien. Las imágenes de Cuatro en las que se le ve avisando a Vinicius de que no se despiste en su defensa en el córner en el que empata el Alcoyano lo dicen todo. «No la cagues», le dice a su compañero, que... se olvida de su defensor y es el que marca. Marcelo sólo ha participad­o en 8 de los 26 partidos que lleva el Madrid este curso y no es por casualidad. Se ha puesto en manos de un preparador físico personal para intentar alargar su carrera, pero Zidane sólo se fía de Mendy para ese costado.

Otro que fue indispensa­ble y ahora está irreconoci­ble es Isco, que en los últimos años va cuesta abajo en cuanto a rendimient­o. Sin ir más lejos, en enero pasado, marcó y fue importante en la semifinal de la Supercopa ante el Valencia. Hoy en día, su paso por los partidos es insípido y no desequilib­ra. Una asistencia ha dado en lo que va de temporada y todavía no ha marcado. En el último curso de la primera época de Zidane, el que acaba con la Liga de Campeones ganada en Kiev, lo terminó el malagueño con nueve tantos y diez pases definitivo­s.

Ya se ha hablado de su posible salida en enero, y si no se va es porque pocos equipos pueden pagar su ficha. Algo más barato sale Odegaard y quizá por eso vuele en unos días. Pensaba el madridismo que tendría la confianza del técnico y quizá eso mismo intuyese el propio noruego, que entre la timidez y las lesiones no se ha dejado ver. Era un recambio perfecto para el hueco de James y no ha funcionado. Lo mismo que Mariano, otra vez única alternativ­a a Benzema y que no remató ni una vez en Alcoy. Sale más a pelear que a jugar y ni el oportunism­o de otras veces le queda ya. Hizo el último gol en el Santiago Bernabéu antes del cierre, al Barcelona, pero poco más.

Odriozola es transparen­te, y eso que venía a discutirle el puesto a Carvajal, que si no juega todo es por culpa de las lesiones. lesiones. Y lo mismo Courtois, porque Lunin mide casi dos metros y en las salidas por alto tiembla como si fuese bajito. La plantilla no es la de los tiempos de la «unidad B» y la economía no favorece la reconstruc­ción. En Vitoria jugarán los once de siempre.

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EUROPA PRESS Mariano y Marcelo, durante el partido ante el Alcoyano en Copa del Rey

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