Susana Díaz ve en su relevo un «tinte machista»
Se aferra a otras primarias y dará la batalla ante Ferraz
El entorno de la ex presidenta andaluza lo tiene claro: se encuentra «fuerte» para intentar revalidar el liderazgo del PSOE-A. Confían en su «tirón» y no ocultan su malestar por algunos ataques contra ella en los que ven un «claro tinte machista». Exigen que se cumplan «las reglas del juego» para que nadie pueda ganar sin rivales
En política hay avanzares irrefrenables y fechas que marcan trayectorias. En la de la secretaria general del PSOE-A y ex presidenta del Gobierno andaluz, Susana Díaz, existen tres significativas. El 7 de septiembre de 2013 se convirtió en la primera mujer presidenta de la comunidad, tras jurar su cargo emocionada. Lo hizo después de que José Antonio Griñán diera un paso atrás, en momentos tortuosos con la causa de los ERE como faro que apuntaba a su cara. El 18 de enero de 2019, la socialista asistió a la toma de posesión del popular Juanma Moreno, en su caso, el primer presidente del PP de la historia autonómica. Entre medias, en mayo de 2017, contra casi todo pronóstico, las bases se impusieron al «aparato» de la formación y 187.949 militantes del PSOE dijeron «no» a la vieja guardia y con ella a Díaz. Tras un cruento Comité Federal, perdió las primarias contra Pedro Sánchez, quien se convertiría en el máximo dirigente del partido y tuvo que defenderse de sí misma. Ahora se pide otro paso al lado, el suyo, y es ella la que buscará resurgir impulsada por la militancia. No busca nuevos rumbos y sí pelear para seguir siendo la secretaria general de los socialistas andaluces cuando se abra el proceso de primarias. «Está ilusionada no, lo siguiente», «fuerte», «tiene unas ganas tremendas» y «la capacidad de trabajo de siempre», mantienen fuentes de su entorno. Las mismas que no dudan en aseverar que aún cuenta con el «apoyo mayoritario» del partido, del que maneja censos y agendas. Pero hay también fervorosos aspirantes a borrarle esa idea de la cabeza y un coro de voces críticas, dispar y creciente, que celebraron el que en un comunicado reciente, la dirección federal socialista abogara por «reforzar y renovar» algunos «liderazgos autonómicos para hacer al PSOE competitivo en todos los territorios». Unas palabras del propio Sánchez, que se hicieron posición de la Ejecutiva y que, para muchos, era un mensaje directo a Díaz, aunque puede que no sólo.
Pero el círculo de la líder socialista regional no se ha dado por aludido. Recalcan que la comunicación entre el secretario general y la autonómica es «fluida» y «constante» e incluso piden que «nadie hable en su nombre», en alusión a los críticos, a los que acusan de recurrir a «clichés» como que «hay que ser más de izquierdas» para exigir una renovación que, a su juicio, ya encarnó Díaz. «Hablan, pero nadie aclara ni el proyecto que quieren ni quiénes», terminan desenfundando. Aluden a que en las quinielas sucesorias se inserta nombres como Felipe Sicilia –diputado nacional–, Juan Espadas –alcalde de Sevilla–, María Jesús Montero –ministra de Hacienda– o Ángeles Ferriz –parlamentaria regional–, pero ninguno «da la cara y dice que se presentará a las primarias». Hay alguien que la da, para respaldar a Díaz.
Juan Cornejo, uno de sus hombres de confianza y secretario de Organizacióndel P SO E-A, asegura aLA RAZÓN que «es mejor candidata en estos momentos para Andalucía y para el partido que lo fue cuando se presentó por primera vez a la Presidencia del Gobierno». Defiende que «ha ganado como persona y como política» en los dos años que lleva de jefa de la oposición y «en contacto directo» con «sindicatos, colectivos sociales y representantes de todos los sectores». Más de 24 meses en los que, según sus afines, ha recibido «duros ataques», algunos con «un tinte claro de machismo», y, pese a ellos, «sigue teniendo tirón», además de que «ya no están en un pedestal», resumen. «Los militantes decidirán libremente cuando llegue el congreso, porque para eso están las primarias», zanja Cornejo. Unas frases que no son tan inofensivas como podrían parecer. Y es que la dirección regional teme que lo que se intente es que no se cumplan «las reglas del juego». Avisan de que lo que «toca» es designar a «la persona que lidere el partido y el proyecto, no al candidato a la Junta», e insisten en que Díaz tiene derecho a postularse. Es más, cosen que si alguien ganara por incomparecencia de rivales, o por «el abandono del contrario», el vencedor «empezaría mal».
Del otro lado, creen que, si la socialista se enroca en obviar otras opciones que no sean repetir en Andalucía, podría acabar en la laguna de los rotos. Ambos bandos están de acuerdo en que el «ruido» del relevo «está dañando» al partido y contribuye a que «la labor de oposición que se está desarrollando en la comunidad no llegue a los ciudadanos». No obstante, desde Madrid dan una vuelta de tuerca a esa circunstancia. Plantean que con los actuales «dimes y diretes» se evidencia que la formación está rota, pero sería peor «lo explícito» de una confrontación con militantes votando». Díaz tendrá que sopesar si afronta o no otras primarias de quiebre para revivir.
Sus aliados exigen que se cumplan «las reglas del juego» y afirman que, si alguien ganara por falta de rivales, «empezaría mal»