La mayoría de los españoles no echará de menos a Donald Trump
EEUU regresa a la escena internacional siendo el aliado preferido frente a China o Rusia
La salida de Donald Trump de la Casa Blanca se sentirá especialmente en materia de defensa internacional. EEUU está de vuelta. Es característico de las administraciones republicanas, el replegarse al territorio americano y aislarse del mundo. Pero el gobierno de Trump ha acrecentado en sus cuatro años el autoconfinamiento de EE UU a nivel planetario. Los demócratas por el contrario son de mayor apertura al mundo y aprecian mejor a sus aliados europeos y en el Pacífico, y no renunciarán a ejercer de gendarmes del planeta.
La Alianza Atlántica volverá a revitalizarse tras cuatro años de estériles enfrentamientos entre la administración Trump y los aliados occidentales. La relación atlántica es básica para la defensa de Europa. Aún quedan por delante tres años para que los presupuestos de defensa europeos alcancen en 2024 el 2% del PIB de cada estado miembro europeo. Con esta ingente cantidad de recursos económicos los países europeos pueden rearmarse y superar ampliamente a Rusia. El doble efecto disuasorio sobre el Kremlin daría sus frutos antes de finalizar la presente década; compromiso de EEUU con Europa y unas fuerzas armadas europeas que superarán por sí mismas al oso ruso. Será el mayor cambio en el equilibrio militar en Europa tras la Segunda Guerra Mundial y la invasión soviética del este europeo. Será el momento de ampliar las fronteras de la UE y de la OTAN con la incorporación de Bielorrusia y Ucrania. Moscú quedaría a 600 kilómetros de los nuevos límites terrestres de la Alianza Atlántica.
El otro adversario, China, también sufrirá las consecuencias, con mayor compromiso norteamericano en la defensa de los países asiáticos en general y más presencia militar, especialmente en Japón, Taiwan y Corea del Sur, de donde partiría principalmente la respuesta armada de EEUU a una acción militar china.
A nivel del comercio mundial es difícil que EEUU renuncie unilateralmente al proteccionismo arancelario que trajo consigo la era Trump. Será una baza en manos de Washington para reorganizar la economía mundial desde su posición reforzada tras las exitosas guerras comerciales libradas contra Europa y China.
Donde más huella deja Donald Trump es en su propio país. Desde la llegada a la Casa Blanca de Ronald Reagan el 20 de enero de 1981, hace ahora 40 años, no había tenido lugar una movilización popular de tal magnitud entre los estadounidenses. Nunca se había querido y odiado tanto a un presidente norteamericano, dentro y fuera del país. Hay que remontarnos prácticamente cuatro décadas para encontrar un país tan dividido, pero al mismo tiempo con tantas esperanzas puestas en un presidente por parte de sus votantes, obviamente. El paso de Trump por Washington marcará a una generación de estadounidenses, como lo hizo la administración Reagan con la generación anterior. EEUU vuelve ahora al bipartidismo tranquilo. Trump ha sido una excepción y ahora el Partido Republicano debe recomponerse y volver a la senda que le permita estar en condiciones de disputar la presidencia a Joe Biden o a Kamala Harris en 2024.
El pasado mes de abril, el Real Instituto Elcano (BRIE) publicaba su 41 barómetro de opinión con datos de marzo, en el que quedaba patente la falta de sintonía de la ciudadanía española con Donald Trump. Comparando los datos de valoración con la canciller de Alemania, Angela Merkel, la figura internacional mejor calificada en España, el expresidente de EEUU sale bastante mal parado. La alemana se encuentra en su mejor nota desde 2016, con 5.9 puntos y una clara línea ascendente, mientras que la de Trump, que partía de una valoración de 1.5 puntos, en marzo de 2020 era tan solo 2.1 puntos.
Pero la opinión pública española sabe que los presidentes vienen y van, y la mayoría señala a EEUU como el aliado preferido, fuera de la UE, por los españoles, cuantificado por el barómetro de Elcano en un 58%, cerca del doble que el referido a China, que es preferida como aliada por un 34%.
En cuanto al interés de los españoles por lo que sucede en EEUU, tan solo el 24% muestra mucho interés por las noticias que llegan del otro lado del Atlántico, porcentaje que contrasta notoriamente con el 64% que afirma tener poco interés. Y que un 12% que afirma no tener ningún interés.