Kiko: «Es una víctima de sí mismo»
Kiko Matamoros no guarda rencor a su hermano, pero prefiere no saber nada de él
Si partimos de la base de que Coto Matamoros considera a su hermano Kiko «un psicópata», es fácil de comprender que entre los hermanos gemelos no exista el menor sentimiento de cariño. Pero mientras Coto sigue, erre que erre, arremetiendo contra Kiko, éste se muestra respetuoso cuando se le pregunta si no cabe una reconciliación después de tantos años de desafueros. –No sé nada de Coto ni quiero saberlo, pero desde aquí le deseo lo mejor, esté donde esté. Que sepa que no le recuerdo con rencor. Coto es una pobre víctima de sí mismo.
–¿No podría haber una reconciliación? –Él se cargó la armonía que existía entre los dos. –¿Y no le daría la oportunidad de recuperar el afecto de hermanos?
–No tengo necesidad de que entre en mi vida. Que le vaya bien, no le deseo ningún mal, porque, evidentemente, es mi hermano, pero no quiero saber nada de él.
–Es una situación penosa... –Y qué quiere usted que haga, si esa situación vino por su culpa. Yo no marqué los tiempos ni le hice absolutamente nada.
Esta misma semana, el tertuliano de «Sálvame» confesaba su adicción a la cocaína y un episodio que podría haberle costado la vida: «A una persona muy cercana a mi ex mujer, Makoke, le ofrecieron dinero para asesinarme. Había un camello que me suministraba la cocaína y le dijeron que debía echar un producto en la droga para matarme. Pero no quiso hacerlo».
–Dice que se considera «cocainómano para toda la vida». ¿Es imposible dejar las drogas?
–Desde que estoy con mi novia Marta casi no consumo, lo hago a veces con amigos que vienen a casa. Marta me echa la bronca, porque es antidrogas... Es una mujer que ha traído serenidad y amor a mi vida en todos los aspectos. Por eso, queremos casarnos y ser padres. Cuando pase toda esta pandemia nos uniremos en matrimonio. Los dos estamos ilusionados con tener un hijo, es un proyecto de vida maravilloso.
–¿Tienen fijada ya una fecha?
–No, nos gustaría que fuera en septiembre si la situación se ha normalizado. Pero no queremos organizar nada hasta que estemos seguros de que la boda se podrá celebrar con invitados… Que estemos todos vacunados y todo eso.
Kiko sueña con reunir ese día a todos sus hijos: «Ojalá que para esas fechas estemos todos unidos, para que me acompañen en la ceremonia. Será un día de mucho disfrute familiar. Y ellos no deben faltar».
–¿Incluida Ana, su hija pequeña…? –Claro, desde luego. Espero que Ana, a pesar de mis diferencias con su madre, con Makoke, esté presente el día de mi boda con Marta.
–¿Era ineludible descubrir públicamente su adicción?
–Todo viene por el tema del camello y del intento de asesinato. Tenía que reproducir el cuadro completo de cómo se produce ese intento de quitarme de en medio. Es un turbio asunto del que tiene conocimiento más gente, como la misma Marta López, mi compañera de plató.
–¿Le llegó a superar el miedo?
–No, si lo tuviera sería horrible. Hace mucho tiempo de aquello y ya me da igual. Hay que vivir con lo que te toca. El miedo es el peor lastre que puede tener una persona en su vida. Y yo no lo quiero a mi lado.
–¿Su imagen de tipo duro se corresponde con la realidad? –Creo que soy muy duro, pero también demasiado sentimental. Una cosa compensa a la otra.
«Marta es una mujer que ha traído serenidad y amor a mi vida en todos los aspectos. Por eso queremos casarnos»