Al asalto del Govern para un cambio de era
El PSC ha conseguido con el nombramiento inesperado de Salvador Illa como candidato sacudir todas las expectativas electorales. El ministro de Sanidad, que tiene previsto abandonar el cargo del Gobierno la semana que viene, ha reflejado encuesta tras encuesta de la Generalitat su popularidad en Cataluña y, ya como cabeza de lista socialista, hay sondeos que auguran su victoria. Desde el primer momento, el PSC ha proyectado a Illa como «president», un mensaje que también está surtiendo efecto. Illa cuenta a su favor el talante que ha mostrado durante la gestión de la pandemia para reconstruir una Cataluña triturada por el «procés» y apuntillada por la pandemia. En este sentido, el candidato socialista puede penetrar tanto en el electorado constitucionalista –siempre ha sido firme frente al independentismo– como en el electorado moderado del independentismo. Además, de vencer y tomar el relevo de Inés Arrimadas, también tendría mucho mayor margen para pactos ya que podría entenderse tanto a derecha como a izquierda y tanto con fuerzas constitucionalistas como soberanistas –Comunes y PDeCat– e independentistas –ERC–. Su victoria podría traducirse en la apertura de una nueva etapa en Cataluña que rompa la dinámica de bloques –ese es uno de sus propósitos–. Partir en la «pole positión» también convierte a Illa en el candidato a batir, circunstancia que también puede ayudarle. Si bien, un giro de última hora que retrase demasiado las elecciones y deje a Illa sin el escáparete del Ministerio y con una larga precampaña podría lastrar a los socialistas.
La visibilidad y popularidad que ha logrado como ministro de Sanidad pese a la gestión de la pandemia.
Un retraso de última hora en las elecciones dejaría a Illa sin el escaparate del Ministerio y una precampaña muy larga.