Activismo para alimentar el «procés»
JxCat es un partido constituido recientemente (25 de julio) y todavía está en proceso de consolidación. Por el camino, hasta el momento, ha atravesado bastantes baches –divorcio y pleito judicial con el PDeCat, entre otras cosas– y, sobre todo, tiene ahora el reto de encontrar su espacio en la Cataluña «postprocés», copada por la pandemia y sus derivadas socioeconómicas. Y, en ese propósito, parte, de momento, con la desventaja de vivir excesivamente del «procés» y tener un discurso poco definido en torno a otras materias. En este sentido, contribuirá poco a limar esa imagen la candidata escogida: Laura Borràs, un perfil mucho más activista y poco asociado a la gestión del día a día. Además, de cara a las elecciones, JxCat ha dejado claro que tiene intención de alimentar y revigorizar el proyecto rupturista planteando una nueva hoja de ruta para la independencia.
Borràs, que contará con
Carles Puigdemont en las listas como escudero, ha manifestado su voluntad por que se celebren las elecciones el próximo 14 de febrero porque cree que puede superar a una Esquerra desgastada por la pandemia y porque el tiempo también corre en su contra al estar pendiente de la causa judicial en el Tribunal Supremo por la presunta adjudicación a dedo de contratos cuando dirigía la Institución de las Letras Catalanas. En las últimas encuestas elaboradas por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, JxCat ha conseguido ir recortando diferencias con Esquerra y ya estaría en disposición de poder vencerle, pero, también es cierto que JxCat podría quedar lastrado en estas elecciones por la fragmentación del espacio de Convergència y la irrupción de partidos separatistas cada vez más radicales.
Borràs tiene una gran popularidad y atracción entre el electorado independentista.
La pandemia castiga mucho el perfil de JxCat, muy vinculado al «procés» y poco rodado en cuestiones socioeconómicas y del día a día.