Veteranía ante los malos augurios
El veterano diputado Carlos Carrizosa –con escaño en el Parlament desde 2012– y dirigente de la más estricta confianza de Inés Arrimadas será el encargado de dar la cara en unas elecciones que se antojan complicadas para el partido naranja. Todas las encuestas coinciden en pronosticar una fuerte debacle de la formación en las urnas que podría agudizarse con la convocatoria exprés de las elecciones tras la suspensión del decreto de aplazamiento del Govern. Por el lado contrario que los comunes, Ciudadanos es la formación que más puede acusar la candidatura de Salvador Illa y la concentración del voto útil contrario al independentismo en torno a los socialistas. El intento fallido de coalición, los fichajes del PP –especialmente el de su exnúmero uno, Lorena Roldán, apartada a dedo para colocar precisamente al propio Carrizosa– y la estrategia a la ofensiva de los populares para erigirse en «casa grande del constitucionalismo» pueden hacer el resto. Ante la cuestionada posición de Inés Arrimadas a nivel nacional, la presión sobre el partido naranja es total en unos comicios catalanes que marcarán la supervivencia y el devenir de la formación en lo que resta de legislatura. A su favor, Carrizosa cuenta con su amplia experiencia, con ser el azote del independentismo durante los años del «procés» y con la importante implantación del partido en Barcelona y su zona de influencia, el llamado «cinturón metropolitano» que se tiñó de naranja en los comicios de 2017. Las críticas al PSC por la supuesta intención de conformar un tripartito tras el paso por las urnas centrarán gran parte de su discurso.
Como jefe de la oposición, ha sido el azote del independentismo en el Parlament
La concentración del voto útil constitucionalista en torno al PSC y el techo de 36 escaños de 2017, ahora inalcanzable