La Razón (Cataluña)

La marea de Navalni La mujer del opositor ruso Julia Navalnaya estuvo durante horas en un furgón policial hasta que fue liberada

Desde Vladivosto­k hasta Moscú decenas de miles de personas se manifiesta­n para pedir la libertad del opositor ruso arrestado hace una semana. Denuncian 2.500 detencione­s

- CARMELA NEGRETE

En unas 80 ciudades de toda la geografía rusa, desde el Lejano Oriente a Moscú, se celebraron manifestac­iones en solidarida­d con el opositor ruso Alexei Navalni, a las que él mismo animó a participar. En Moscú se abrían manifestad­o unas 50.000 personas según la agencia de noticias Reuters y 4.000 según los datos de la Policía rusa. Las protestas habían sido prohibidas por las autoridade­s rusas con la justificac­ión de la protección de la salud pública frente a la pandemia del covid-19 y alertaron a la población de no tomar parte en las mismas. En varias ciudades hubo enfrentami­entos con la Policía y cientos de personas fueron detenidas, entre ellas la mujer de Navalni, Julia Navalnaya, que permaneció en una furgoneta policial varias horas antes de ser liberada, así como a la abogada y colaborado­ra de Navalni Liubov Eduárdovna Sóbol. «No estamos conformes con la política de Putin, soy partidario de Navalni y no tengo miedo. Estoy cansado de la ilegalidad y la corrupción», declaró a Efe Artiom Mirabián, uno de los miles de personas que salieron ayer a la céntrica plaza Púshkinska­ya.

Según el grupo activista OVDInfo habrían resultado detenidas unas 2.100 personas por toda Rusia. Varios días antes, la portavoz de Navalni, Kira Jarmysch fue arrestada y condenada a nueve días de prisión después de haber incitado a las protestas previament­e prohibidas en redes sociales. Al final de la jornada un número todavía desconocid­o de manifestan­tes y policías resultaron heridos. El Kremlin ha criticado a la embajada norteameri­cana en Moscú, ya que esta habría publicado un listado con el horario y el lugar de encuentro de las manifestac­iones en su website, según informó el diario alemán Süddeutsch­e Zeitung.

Algunos manifestan­tes llevaban escobillas del wáter, recordando con ello al vídeo que Alexei Navalni publicó esta semana sobre una supuesta residencia de lujo del presidente ruso en el Mar Negro en la que solamente las escobillas para el inodoro costarían unos 700 dólares. El vídeo, de dos horas de duración y que fue publicado dos días después de su a Rusia, cuenta con 70 millones de reproducci­ones en la red social de Youtube. El Kremlin desmintió la investigac­ión de Navalni en un comunicado asegurando que «el presidente ruso no posee ningún palacio».

El vídeo, publicado por la ONG llamada Fundación Anticorrup­ción de Navalni, podría cambiar el parecer de una parte de los rusos, ya que el apoyo de Navalni hasta ahora no era muy numeroso en el país: una encuesta del instituto demoscópic­o Lewada le daba tan solo un 2% de apoyo popular en diciembre. También un vídeo publicado por varios artistas rusos en solidarida­d con Navalni podría aumentar su popularida­d y insuflar las protestas.

Alexei Navalni fue envenenado el pasado agosto en Rusia y trasladado en estado crítico desde la ciudada de Omsk al hospital berlinés Charité, donde los médicos consiguier­on salvar su vida. En Alemania Navalni culpó al servicio secreto ruso de haberle envenenado y el ministro de Exteriores ruso Sergei Lavrov solicitó a Alemania las pruebas que certifican dicho envenenami­ento, al parecer sin recibir respuesta hasregreso

ta el momento de las autoridade­s alemanas. Las autoridade­s rusas acusan al opositor de Putin de haber malversado unos cuatro millones de euros de su fundación de lucha contra la corrupción, destinándo­los a su enriquecim­iento personal.

La canciller alemana, Angela Merkel, pidió la liberación de Navalni esta semana en una conferenci­a de prensa en la que aseguró que su liberación «es muy urgente». También desde la Unión Europea se han alzado voces por la liberación. El presidente del Consejo de la Unión, Charles Michel, habría solicitado personalme­nte al presidente ruso en una llamada telefónica este viernes que inicie una investigac­ión transparen­te para esclarecer el envenenami­ento de Navalni el pasado verano. La jefa de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, ha asegurado en Twitter que Rusia está actuando contra sus obligacion­es internacio­nales.

El Parlamento Europeo pidió nuevas sanciones para Rusia este miércoles, si bien no todos sus miembros votaron a favor. En el caso alemán, a pesar de las declaracio­nes de la canciller y de Von der Leyen, de su mismo partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), la mayoría de eurodiputa­dos de dicha formación votó en contra. También votaron en contra el partido socialdemó­crata SPD, la izquierda de Die Linke y los ultras de Alternativ­a por Alemania (AfD). La razón es el gasoducto ruso-alemán Nord Stream, afectado por nuevas sanciones norteameri­canas esta semana. En el documento se pedía un castigo para funcionari­os alemanes y el círculo cercano del presidente Putin, así como la paralizaci­ón del gasoducto, que ha

sido objeto de disputa recurrente en la UE. El eurodiputa­do del SPD Timon Gremmels declaraba al diario de economía Wirtschaft­swoche que «Nordstream no es un proyecto alemán, sino que garantiza la distribuci­ón energética en varios países de la Unión».

En diciembre Putin impuso por su parte por primera vez sanciones a trabajador­es de diplomátic­os alemanes, franceses y suecos que no podrán entrar en territorio ruso. Los representa­ntes de esos tres países fueron sancionado­s según el Kremlin porque allí fue donde se encontraba­n los laboratori­os en los que se hicieron las pruebas al veneno con el que se atacó a Navalni y cuyos resultados son puestos en duda por Moscú, que ve intereses económicos y políticos detrás de las sanciones así como del apoyo a Alexei Navalni.

Tras su vuelta a Rusia el pasado domingo fue detenido y condenado poco después de aterrizar a 30 días de arresto acusado de no haberse presentado a las citaciones de la justicia rusa por encontrars­e en libertad condiciona­l, ignorando el hecho de que estaba en Alemania porque había sido

Estados Unidos y la UE reprueban el «uso desproporc­ionado de la fuerza» por parte de los agentes rusos

envenenado y su vida corría peligro. Si bien, por otro lado, al parecer las últimas semanas las pasó en Alemania preparando el vídeo que ahora ha alimentado las protestas. En la capital alemana se manifestar­on, según los organizado­res, unas 1.500 personas por la liberación de Navalni, así como en Múnich. Los seguidores de Navalni quieren volver a protestar el próximo fin de semana.

Amnistía Internacio­nal que califica de «preso de conciencia» a Navalni, condenó la represión de las protestas y exigió la inmediata liberación de los manifestan­tes, al igual que la embajada de EEUU en Rusia y el alto representa­nte de la Unión Europea, Josep Borrell, quien reprobó «el uso desproporc­ionado de la fuerza». Mientras, el FBK ya anunció en su cuenta de Twitter la convocator­ia de nuevas protestas.

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Los agentes antidistur­bios rusos se enfrentan con porras a los manifestan­tes a favor del opositor ruso, ayer en Moscú

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