La Razón (Cataluña)

Crean el mapa más grande del universo con 10 billones de píxeles y 2.000 millones de objetos

Trabajar sobre este nuevo mapa podría ayudarnos a entender la materia y la energía oscura

- POR IGNACIO CRESPO

El universo es realmente vasto. Tan solo en nuestra galaxia, se calcula que existen cien mil millones de estrellas, y en 2016 se estimó que, en nuestro universo observable, debe de haber en torno a dos billones de galaxias. Pocas cifras sobrecogen tanto como aquellas que nos hablan sobre el espacio, y aunque en nosotros produzca poco más que una sorpresa momentánea, hay profesiona­les para los que esta inconmensu­rabilidad es un verdadero quebradero de cabeza. ¿Qué estudiar? ¿Hacia dónde apuntar nuestros instrument­os cuando ahí afuera hay tanto por observar?¿Qué pistas puede darnos la distribuci­ón de esas galaxias?

Cartografi­ar nuestro vecindario ayuda a orientarse, pero recordemos que estamos hablando de una cantidad de informació­n realmente desbordant­e y, para ello, hacen falta mapas igual de extensos. En esta misma línea, acaba de ser publicado el mayor mapa jamás confeccion­ado del universo. Está compuesto por 10 billones de píxeles y, en ellos, se recogen más de 2.000 millones de objetos astronómic­os. Es, por ahora, el más detallado en cuestión, tanto de superficie cubierta del cielo como de número de objetos.

Esfuerzo hercúleo

Se trata de un esfuerzo hercúleo que ha requerido de la colaboraci­ón de más de 200 científico­s de varias institucio­nes distintas. El mapa fue tomado durante 1.405 noches de observació­n del cielo repartidas a lo largo de seis años (2.190 días aproximada­mente) entre el Observator­io Nacional de Kitt Peak, el Observator­io Astronómic­o Cerro Tololo y el WideField Infrared Survey Explorer. Estamos hablando de, aproximada­mente, un petabyte de datos, lo que son un millón de gigabytes, o mil discos duros de 1 TB para una única e impresiona­nte imagen del cielo nocturno.

Todo esto es un ejemplo paradigmát­ico de la megacienci­a, que abarca proyectos científico­s que solamente se han vuelto viables gracias a la cooperació­n a gran escala durante las últimas décadas. Tanto la mano de obra como los fondos y la tecnología escasean para este tipo de proyectos, proyectos, por lo que la unión de proyectos menores bajo un mismo objetivo permite aunar esfuerzos para llegar más lejos de lo que habría conseguido cada uno por separado. No obstante, toda esta noticia tiene una pequeña trampa. El mapa es exactament­e tan enorme y lleno de informació­n como hemos indicado, pero tiene tan solo dos dimensione­s. Todavía no se han tenido en cuenta las distancias, por lo que tenemos un mapa donde la profundida­d no existe.

Cada objeto astronómic­o ha sido orientado empleando su elevación (a qué altura fue registrado) y su azimut (dándonos, de forma simplifica­da, cómo de hacia la derecha o la izquierda está el objeto). Esto nos permite construir una bóveda del cielo nocturno donde todos los objetos parecen parecen a la misma distancia, un mapa en dos dimensione­s. Popularmen­te estamos acostumbra­dos a entender el cielo así, ejemplo de ello son las constelaci­ones. Tendemos a pensar que, por ejemplo, las estrellas de Casiopea están cerca entre sí, pero es solo cuestión de perspectiv­a. La más cercana de la constelaci­ón está a 54,5 años luz, mientras que la más lejana se encuentra a 610 años luz,

El mapa fue tomado durante 1.405 noches de observació­n del cielo repartidas a lo largo de seis años

más de 10 veces más lejos. Nos parece que están juntas porque nuestro ojo humano no puede distinguir bien su distancia, pero la realidad es otra. Y aquí es donde se revela la verdadera finalidad de este mapa, porque el plan es que en otros cinco años se vuelva tridimensi­onal.

Dicen en música que los silencios transmiten tanto como las notas, y este caso guarda ciertos paralelism­os. Posiblemen­te hayan escuchado que solo el 4% del universo es materia bariónica (la que todos conocemos y con la que interactua­mos). Sin embargo, el otro 96% no está vacío, ni mucho menos. Un 23% correspond­e a otro tipo de materia conocida como «materia oscura» y el 73% que queda sería energía oscura. Esta última parece estar implicada en la expansión del universo, lo cual significa que allí donde haya energía oscura habrá, posiblemen­te, menos materia, más espacio aparenteme­nte vacío o, siguiendo nuestra analogía, silencios.

El objetivo de este mapa, a largo plazo, es ese: estudiar la distribuci­ón de la energía oscura en el universo. Para conseguirl­o, los científico­s proponen medir la distancia que nos separa de unas decenas de millones de los 2.000 millones de objetos plasmados en el mapa bidimensio­nal. De esta forma, se irá estimando la distancia de galaxias y quásares por ser fuentes especialme­nte intensas y fáciles de detectar a grandes distancias, pero, ¿cómo?

Por suerte, los astrofísic­os y cosmólogos tienen métodos de lo más robustos para calcular la distancia a la que se encuentra un objeto astronómic­o. Por ejemplo, una de ellas se aprovecha del

hecho de que el universo se está expandiend­o. Esto significa que, en cierto modo, todo se está alejando de nosotros, pero no a la misma velocidad. Los objetos más lejanos «huyen» más rápido porque hay más espacio expandiénd­ose entre nosotros y ellos. A esto se suma el hecho de que la luz que nos llega de un objeto que se mueve cambia su longitud de onda (lo que percibimos como cambios en el color). Cuando se aleja tiende a tonos rojizos, cuando se acerca se vuelve azul y la intensidad de estos depende de la velocidad a la que lo hagan. De este modo, del «color» podemos inferir la velocidad y de ella la distancia. Puede sonar raro, pero es el efecto Doppler, el mismo que hace que la sirena de una ambulancia que se acerca suene más aguda que cuando se aleja.

Esas son parte de las ventajas de este proyecto, la posibilida­d de ir complement­ándolo para que gane en detalle. Pero, mientras tanto, tendremos que conformarn­os con un universo absolutame­nte plano, pero lleno con más objetos de los que podemos contar. Y, si lo dudan, les invito a intentarlo, porque el mapa puede ser explorado en la página https://viewer.legacysurv­ey.org. Ahora tienen el universo en sus manos.

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Mediante este código QR se puede acceder a este completísi­mo mapa. También se puede acceder a él en https://viewer. legacysurv­ey. org/
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