La pandemia no evita que alcanzasen un nuevo récord el pasado año
Un informe de Pacto Mundial confirma el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero. El quinquenio 2016-2020 ha sido uno de los más cálidos de la historia
Una vez concluido el año 2020, el primero de la pandemia del nuevo coronavirus, llega la hora de hacer los primeros balances, también en cuanto a la lucha contra el cambio climático en el planeta. En este apartado destaca el informe «United in Science 2020», en el que colaboran varias organizaciones internacionales, y que pone de relieve el frenazo dado por muchos Estados, obligados por las exigencias de la emergencia sanitaria.
«El año 2020 comenzó con lo que parecía una ola imparable de cambio de hábitos en pro de la lucha contra el cambio climático. Por fin, las voces científicas y los movimientos ecologistas como Fridays for future habían calado tanto en la sociedad como los gobiernos, que ya dirigían sus estrategias hacia la transición verde. Sin embargo, lo que parecía ser el año para cambiar de rumbo hacia un planeta más verde, se convirtió en un año marcado por una crisis económica y de salud sin precedentes. De este modo, los esfuerzos climáticos fueron relegados a un segundo plano, eclipsados por la irrupción de la pandemia», señalan en su resumen del estudio los responsables de la Red Española de Pacto Mundial, la red local con mayor número de firmantes de este acuerdo de Naciones Unidas.
Y aunque el pasado año se registró «una breve y nunca antes vista disminución de las emisiones», lo cierto es que este solo fue «un efímero respiro» para el planeta, ya que las emisiones de CO2 han vuelto a registrar niveles récord y siguen en aumento, por lo que ha quedado en evidencia que crisis mundiales como la de la COVID-19 no han servido para detener el cambio climático ni para acercarnos al objetivo de conseguir la neutralidad en materia de carbono en 2050.
Pacto Mundial recuerda que «la urgencia de esta misión es cada vez mayor», ya que una vez completados los estudios correspondientes, prevé que corroboren que los cinco años comprendidos entre 2016 y 2020 serán el quinquenio más cálido de la historia. El infor«United infor«United in Science 2020» destaca los efectos cada vez más acusados e irreversibles del cambio climático, que afectan a los glaciares, los océanos, la naturaleza, la economía y las condiciones de vida de los seres humanos y que a menudo se dejan sentir a través de peligros relacionados con el agua (inundaciones o sequía).
Entre las conclusiones destaca que las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) fósil, que son aquellas procedentes del uso de combustibles fósiles y la industria, alcanzaron un récord en 2019 de 36,7 Gigatoneladas. «Durante el 2020 se observan anomalías relacionadas con el periodo de confinamiento y parón de la economía global que hizo disminuir en abril un 17% las emisiones en comparación con los promedios globales diarios en 2019. Pero esos niveles volvieron a recuperarse en junio del pasado año, asegura el estudio.
Además, la leve reducción de emisiones durante lo más duro de la pandemia no ha evitado que las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera han seguido aumentando hasta alcanzar nuevos registros. «Esto se debe a que el balance de las concentraciones atmosféricas es el resultado de las emisiones actuales y pasadas y del período de vida sumamente prolongado de ese gas, por lo que el efecto del descenso de emisiones durante el confinamiento en el cómputo total es muy limitado», explica la asociación, que recuerda que son las reducciones sostenidas de las emisiones las que hacen posible estame bilizar el aumento de la temperatura global.
La temperatura media mundial de la superficie para el período 2016-2020 estará entre las más cálidas registradas hasta la fecha. El informe estima que actualmente es 1,1 °C superior a la media de la etapa preindustrial (1850–1900). «Y lo más preocupante, existe alrededor de un 20% de probabilidad de que la temperatura media global supere temporalmente los 1,5 °C por encima del nivel preindustrial en el período comprendido entre 2020 y 2024».
Efectos en cascada
La subida de temperaturas y la emisión de gases de efecto invernadero, el cambio climático, afectan «a los sistemas de sustentación de la vida, que van desde la cima de las montañas hasta las profundidades de los océanos, lo que provoca diferentes efectos en cascada para los ecosistemas y la seguridad humana», recuerda el documento.
Entre esos efectos destaca el deshielo del Ártico y el aumento del nivel medio del mar a escala mundial, que entre los años 2006 y 2015 se situó en de 3,6 milímetros anuales, un valor sin precedentes para el conjunto del siglo pasado. El océano global cubre el 71% de la superficie terrestre y otro 10% de la misma está cubierta por glaciares o capas de hielo, lo que llamamos criosfera –recuerdan–. «El océano y la criosfera sostienen hábitats únicos y están interconectados con otros componentes del sistema climático a través del intercambio global de agua, energía y carbono, lo que provoca que cualquier cambio en el nivel de estos dos componentes afectará gravemente al clima terrestre y a la vida submarina».
Pacto Mundial recuerda en este punto el Informe de la ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo (UNESCO, 2019), que recuerda «impactos clave relacionados con el agua en un clima cambiante». En primer lugar el aumento de los desastres relacionados con el agua, el 90% del total. Para 2050, el número de personas en riesgo de inundaciones aumentará de los 1.200 millones aactuales a 1.600 millones. También el aumento de las zonas que sufren de estrés hídrico: en 2050, o entre 2.700 y 3.200 millones de personas vivirán en posibles zonas de grave escasez de agua. Asimismo crecerá el número de muertes relacionadas con la mala calidad del agua. En 2019, que el 12% de la población mundial bebía ya agua de fuentes no mejoradas e inseguras, con el consecuente riesgo para la salud.