La Razón (Cataluña)

Órdago de Escocia para un segundo referéndum

Sturgeon llama «animalillo miedoso y cobarde» a Johnson y avanza un Plan B

- Celia Maza - Londres

Se consumó el Brexit. Pero Boris Johnson se enfrenta este año a grandes desafíos. Y ya no solo por la pandemia del coronaviru­s, sino por la amenaza independen­tista de Escocia, donde el Partido Nacional Escocés (SNP), de la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, está dispuesta a llevar a cabo su órdago de sacar a la calle de nuevo las urnas. Sturgeon ratificó ayer la intención de su partido de impulsar un nuevo referéndum de secesión, si ganan las elecciones al parlamento de Edimburgo el próximo 6 mayo, tal y como apuntan todos los sondeos.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ya ha dejado claro en numerosas ocasiones que no tiene planes de permitir otra consulta como la de 2014, ya que «aquella fue única en una generación». Hasta la fecha, la líder independen­tista siempre se había negado a hablar de un «plan B» si Londres insistía en su negativa. Pero ahora, tras las presiones de sus propias filas, ha presentado una «hoja de ruta» para la celebració­n de un nuevo plebiscito que se convocaría tras la pandemia de forma «legal». En este sentido, Sturgeon considera que, si finalmente gana los comicios de primavera, el Gobierno central tendría tres opciones: aceptar que el Parlamento escocés tiene competenci­a para convocar el referéndum conforme a la Ley de Escocia de 1998, dar su autorizaci­ón activa para la votación o llevar la convocator­ia del referéndum a los tribunales. En los próximos días, de hecho, el Tribunal de Sesiones de Edimburgo, la más alta corte civil en Escocia, deberá pronunciar­se sobre si el Parlamento escocés es competente para convocar un referéndum de independen­cia sin autorizaci­ón previa del Gobierno británico, tras el caso que ya ha planteado el activista pro independen­cia David Keatings.En una entrevista concedida ayer a la cadena BBC, Sturgeon recordó que este lunes es el aniversari­o del nacimiento del poeta escocés Robert Burns. «Cuando escucho a Boris Johnson hablar de esto me recuerda el poema de Burns: animalillo miedoso y cobarde, qué pánico está en ti, animalillo», declaró la ministra primera.

«Tiene miedo de la democracia. Las encuestas apuntan a una mayoría que quiere la independen­cia de Escocia. ¿Si el SNP gana las elecciones escocesas en unos meses con la propuesta de dar al pueblo escocés la opción, qué demócrata podría enfrentars­e a ello?», argumentó. «Boris Johnson tiene miedo del veredicto de la voluntad del pueblo escocés», matizó la dicontra rigente nacionalis­ta.

En cuanto a la fórmula de la consulta, Sturgeon defiende un «referéndum legal». «Por eso voy a solicitar la autorizaci­ón al pueblo escocés en mayo y si me dan esa autoridad eso es lo que tengo intención de hacer», indica. «Así es la democracia. No se trata de lo que yo quiero o de lo que quiera el señor Johnson. Se trata de lo que quiera la gente de Escocia y de las pruebas cada vez más claras de que quieren la independen­cia», añadió Sturgeon.En 2014, tras un plebiscito legal acordado con Londres, los residentes en Escocia votaron por 55 a 45 por ciento a favor de la permanenci­a en Reino Unido. El principal argumento la independen­cia fue que Escocia abandonarí­a la UE en caso de salida de Reino Unido. Los independen­tistas aceptaron entonces que la consulta era única en una generación, pero ahora consideran que el Brexit cambia por completo las reglas de juego. En Escocia, el apoyo a la permanenci­a en la UE ganó por el 62% de los votos en el referéndum de 2016. En el Reino Unido no hay Constituci­ón escrita. Pero, si el proceso se quiere realizar por la vía legal (como ocurrió en 2014), Edimburgo tendría que solicitar a Londres la activación de la denominada Sección 30 del Tratado de Escocia de 1998 para la transferen­cia de poderes.Desde el pasado mes de mayo, según varios sondeos, el apoyo a la secesión predomina en la sociedad escocesa, llegando a un récord histórico del 58 %, de acuerdo con la encuesta IPSO Mori en octubre. «Es la primera vez en la historia de las encuestas escocesas en que el apoyo a la independen­cia ha sido superior al 50 % de forma consistent­e», afirma John Curtice, profesor de Ciencias Políticas de la Universida­d de Strathclyd­e. Aunque la amenaza independen­tista no es solo en Escocia. Según un sondeo publicado ayer por el periódico «The Sunday Times», el Reino Unido afronta una crisis constituci­onal porque en Irlanda del Norte también está creciendo las apuestas por un referéndum de secesión. En Irlanda del Norte, donde se consultó a 2.392 personas entre el 15 y el 22 de enero, el 47% se mostró en contra de la unificació­n de la provincia con la República de Irlanda frente al 42 % que se manifestó a favor, pero el porcentaje de indecisos fue bajo, del 11%, suficiente para poner en peligro el futuro de Reino Unido.En Escocia, el sondeo realizado por el rotativo señaló que el 49% quiere la independen­cia, frente al 44 % que respondió que no, en tanto que un 7% no se pronunció.

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La ministra primera de Escocia, Nicola Sturgeon, en el Parlamento de Edimburgo el pasado 20 de enero

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