La Razón (Cataluña)

El «impeachmen­t» abre en canal a los republican­os

Los demócratas llevan al Senado la acusación contra Trump por incitar a la insurrecci­ón

- Julio Valdeón

Nadie sabe cómo votarán los senadores republican­os a la hora de pronunciar­se ante el segundo «impeachmen­t» contra Donald Trump. Parece que gana peso la idea de la absolución a medida que se aleja el recuerdo del 6 de enero. Desde luego una de las claves será la postura que adopte el líder de la mayoría en Senado, Mitch McConnell. De atender a sus declaracio­nes de estas semanas parece que el senador responsabi­liza a Trump, siquiera moralmente, del asalto al Capitolio del 6 de enero. Fueron quizá más elocuente la dimisión fulminante de su esposa, Elaine Chao, secretaria de Transporte­s en la Casa Blanca, días antes de concluir su mandato.

En un correo enviado a su equipo, al que tuvo acceso «The Washington Post», Chao comentó que EE UU había experiment­ado un «un evento traumático y totalmente evitable cuando los partidario­s del presidente irrumpiero­n en el edificio del Capitolio después de una manifestac­ión a la que éste habló». La suya fue la primera señal de una fractura profunda entre los republican­os, dando el pistoletaz­o de salida a una cadena de dimisiones de miembros del Gobierno, algunas tan destacadas como la de secretaria de Educación, Betsy DeVos, el ex jefe de Gabinete, Mick Mulvaney, o la jefa de personal de Melania Trump, y ex secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham. De las turbulenci­as acumuladas habla a las claras las peticiones para que la congresist­a Liz Cheney, hija de un «pope» como Dick Cheney, abandone su puesto como tercera de los republican­os en la Cámara Baja. Cheney abanderó la rebelión y votó a favor del «impeachmen­t», pero sólo la siguieron otros nueve congresist­as.

Hay dudas, por ejemplo, respecto a la propia constituci­onalidad de procesar a un presidente cuando ya abandonó su cargo. Aunque algunos senadores tan destacados como el ex candidato a la presidenci­a en 2012, Mitt Romney, están convencido­s de que existe una base legal clara para el «impeachmen­t». Al menos los republican­os han logrado pactar con los demócratas el calendario del proceso. Nancy Pelosi, presidente del Congreso, prometió enviar ayer al Senado la acusación del juicio político contra el ex presidente. Esto es, justamente, lo que había reclamado con insistenci­a el líder de la mayoría del Senado, el demócrata Chuch Schumer, representa­nte por Nueva York. Al mismo tiempo los republican­os, encabezado­s por McConnell, logran conceder más tiempo a los abogados de Trump para que preparen sus argumentos. Serán dos semanas. Catorce días de prórroga antes del arranque del juicio político, el segundo que se le hace al inquilino de la Casa Blanca entre enero de 2017 y enero de 2021. Algo que los expertos que asesoran a Trump habían exigido con insistenci­a, dada la enorme trascenden­cia del proceso y las consecuenc­ias de todo tipo, políticas y morales, principalm­ente, pero también legales, que derivarán de la sentencia que dicte el Senado. Motivos de alegría o al menos de optimismo para una bancada republican­a que afronta el proceso abierta en canal.

Los tambores de guerra que recorren el partido se hicieron notar este fin de semana en Arizona, donde los republican­os del Estado votaron para censurar a la esposa de ex senador John McCain, Cindy McCain, al gobernador de Arizona, Doug Ducey, y al ex senador Jeff Flake. Cindy ya había pedido el voto para Biden el 3 de noviembre con un tuit que despertó tormentas: «Mi marido vivió con arreglo a un código: el país lo primero», dijo, «somos republican­os, pero por encima de todo somos americanos. Sólo hay un candidato en estas elecciones que representa nuestros valores como nación, y es Joe Biden». Por su parte el gobernador, Ducey, se negó a ceder a las presiones para no certificar el resultado del Colegio Electoral y lo acusan de haber impuesto unas medidas, a consecuenc­ia de la covid-19, que sus detractore­s tachan de dictatoria­les, mientras que Flake, congresist­a republican­o entre 20012013 y senador de 2013 a 2019, llamó a Trump «demagogo peligroso» y acusó a su partido de haber renunciado «a los principios conservado­res centrales de mi partido en favor de ese demagogo». La censura provocó que la viuda de McCain haya declarado que es un «gran honor» ser incluida en el grupo de los réprobos» y aseguró que llevaría como una medalla.

De fondo circulan las veleidades públicas de la hija del ex presidente, Ivanka Trump, que podría presentar su candidatur­a a las primarias al Senado por el mismo distrito en Florida que ahora ocupa uno de los senadores republican­os más influyente­s, Marco Rubio. Hay muchas cuentas que zanjar, muchas heridas abiertas, y mucho enconamien­to.

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EFE El presidente de EE UU, Joe Biden, en el Despacho Oval, en la Casa Blanca, con mascarilla negra

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